Las consecuencias políticas

Núria Parlon asume la alcaldía de Santa Coloma pidiendo disculpas

Núria Parlon recibe la vara de la alcaldía de manos de Joan Carles Mas en el pleno de investidura, ayer, en el Ayuntamiento de Santa Coloma.

Núria Parlon recibe la vara de la alcaldía de manos de Joan Carles Mas en el pleno de investidura, ayer, en el Ayuntamiento de Santa Coloma.

SARA GONZÁLEZ
SANTA COLOMA DE GRAMENET

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Con firmeza, seriedad y sin subir a la tarima. Así tomó ayer la vara de la alcaldía de Santa Coloma de Gramenet la socialista Núria Parlon. Dar carpetazo a la etapa de Bartomeu Muñoz no será fácil y lo sabe. Se lo recordaron los gritos y abucheos de los centenares de vecinos que ayer se congregaron ante el ayuntamiento y que se convirtieron en la banda sonora del polémico pleno de investidura. Por eso Parlon quiso, en primer lugar, pedir perdón a los colomenses tal y como hizo el presidente de la Generalitat, José Montilla, hace dos semanas. Después, tendió la mano a todas las fuerzas políticas y selló su compromiso: «Trabajo, trabajo y trabajo para servir a la ciudad. No nos pararemos ni un minuto».

Quince votos socialistas a favor de Parlon, cuatro del PPC en contra, dos en blanco de los convergentes y cuatro abstenciones de ICV. Con este cómputo, la candidata del PSC tomó el mando siendo consciente de la excepcionalidad en que el caso Pretoria la ha colocado. «Esta toma de posesión no es normal, no estaba prevista, no era previsible. Tengo la vara de alcaldesa pero no la he ganado en unas elecciones y actuaré en consecuencia desde la responsabilidad y la confianza que tendré que ganarme cada día», afirmó Parlon.

Después de que el alcalde accidental, Joan Carles Mas, informara de la renuncia oficial de Bartomeu Muñoz y del exconcejal de Urbanismo Manuel Dobarco, la nueva alcaldesa expresó su voluntad «de empezar desde abajo» y en un gesto simbólico no subió a la tarima para dirigir sus primeras palabras a los ciudadanos y exponerse ante el espejo público: «Aquí estoy. Soy lo que veis. Una mujer joven y trabajadora, madre de familia, socialista por tradición y decisión, preparada y decidida, colomense de los pies a la cabeza».

ACUSACIÓN PARTICULAR / Parlon confirmó que el consistorio colomense se presentará como acusación particular en la causa abierta por corrupción contra Muñoz y Dobarco. También tendió la mano a la oposición para formar un «gobierno de unidad» y subrayó que el ayuntamiento incorporará medidas y controles rigurosos para «hacer una gestión pública ejemplar». Tiene 18 meses antes de las próximas elecciones para lograrlo. «No espero ni quiero la benevolencia de los 100 primeros días de gracia. No tengo tiempo que perder. Mañana empieza la nueva Santa Coloma», dijo la nueva alcaldesa mientras un grupo de vecinos no dejaban de silbar y reclamar la disolución del consistorio y la creación de una junta gestora hasta las elecciones municipales de 2011.

El hecho de que Parlon haya sido finalmente la candidata socialista a pesar de ser la novena teniente de alcalde fue duramente criticado por la oposición. El portavoz de CiU, Manel Olivés, afirmó que el nombramiento, que no ha respetado el orden de las listas municipales fruto de las elecciones, es una decisión de la cúpula del partido para promocionar a Parlon, que es la única que forma parte de la ejecutiva del PSC.

A pesar de no tener expectativas de prosperar, los populares presentaron a su portavoz, Mari Carmen Sáez, como candidata a la alcaldía. Sáez acusó a los socialistas de haber «perdido el control de la ciudad y la confianza de los ciudadanos» e insistió en que Santa Coloma necesita «un nuevo estilo de gobierno local». El portavoz de los ecosocialistas, Francesc Sánchez, exigió no solo un cambio de líder, sino también un «giro de 180 grados» para «erradicar cuanto antes el estilo prepotente de Bartomeu Muñoz».

PLANES URBANÍSTICOS / Los tres partidos de la oposición instaron a la nueva alcaldesa a paralizar los planes urbanísticos que puso en marcha Muñoz, como el de Can Zam, que incluye la construcción de las pistas de atletismo más caras de España aunque sus medidas no son reglamentarias, el del norte del barrio de Singuerlín y el proyecto Cubics en la zona de la Pallaresa. Esta petición también la hicieron los manifestantes a gritos. La tensión en la calle frente a los agentes de seguridad llegó a tal punto que la mayoría de los ediles salieron del consistorio por un acceso secundario.