Los flujos migratorios

CiU reivindica la idea del test para inmigrantes y pide un pacto estatal

JOSEP TORDERA
BARCELONA

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Josep Antoni Duran Lleida, candidato de CiU a las elecciones generales, propuso ayer al PP y al PSOE un gran pacto de Estado para la integración de los inmigrantes que implique al Gobierno central, a los de las comunidades autónomas, los ayuntamientos y al conjunto de la sociedad. Duran reivindicó para la federación nacionalista la idea del test que el PP propone ahora para todos aquellos inmigrantes que deseen legalizarse en España.

La reivindicación de autoría por parte del secretario general de CiU es comprensible. En el 2006, en vísperas de las elecciones catalanas del 1 de noviembre, Artur Mas anunció su intención de hacer una ley que, entre otras cosas, debería fijar las condiciones para la integración de los inmigrantes, que pasarían por la aceptación y el conocimiento de la lengua como cuestión básica y por aceptar la cultura de la sociedad catalana y los contenidos que marcan el sistema democrático y de libertades de la Constitución. El pacto que ayer planteó Duran incluye estos puntos y señala asimismo la necesidad de fijar las condiciones para la futura inmigración que, defendió, debería ser contratada en origen.

POLÍTICA DEL AVESTRUZ

Rajoy no contestó a la propuesta de Duran, pero mantuvo su línea de días anteriores, aumentando incluso su contundencia. El candidato del PP acusó al Gobierno socialista de "esconder la cabeza debajo del ala" en materia de inmigración, cuando hay un "problema real", y avisó de que si no se lucha "con contundencia" contra la inmigración ilegal se crearán "guetos" y "países dentro de España", informa Gemma Robles. Rajoy entusiasmó a los 4.000 asistentes a un mítin en Alcalá de Henares al prometer, rotundo: "No le daré la nacionalidad española a alguien que haya cometido delitos en España".

En el 2006, cuando el presidente de CiU explicó su propuesta recibió las críticas de la izquierda y de los sindicatos, pero también las del PP. "Es un disparate, una tomadura de pelo a la sociedad civil", dijeron los conservadores. Claro que quien hizo esta dura descalificación fue Josep Piqué y los aires que ahora se respiran en el PP son muy distintos. Así, el número dos del PP por Madrid, Manuel Pizarro, aseguró ayer que el sistema sanitario y educativo "peligran" con el aumento de inmigrantes irregulares.

FUERA DE LA CAMPAÑA

José Luis Rodríguez Zapatero se refirió ayer en San Sebastián a las propuestas del PP sobre la inmigración para pedir que las dejen fuera de la pugna electoral "por respeto a los inmigrantes". El secretario general del PSOE prometió seguir trabajando si es reelegido presidente para lograr una inmigración ordenada, legal, razonable y "una integración adecuada", informa Aitor Ubarretxena.

En un tono moderado, defendió la integración como mejor receta, por lo que recomendó al PP que que no utilice "el debate de la exclusión, del no respeto a la diferencia", porque, en su opinión, "alienta las peores pasiones para la convivencia".

Zapatero definió la inmigración como "una fuente de oportunidades para mucha gente que no tiene más que desesperanza, miseria y hambre en su tierra", y destacó que a cambio aporta "trabajo y trabajadores". Admitió al mismo tiempo que supone "un fenómeno de cambio social y demográfico" que es preciso ordenar.

Más contundente, el ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo, acusó a Rajoy de haberse metido "en un lío" y "vender humo" con sus propuestas.