¿Illa presidente?

La casualidad ha querido que el inesperado anuncio de disolución anticipada en Catalunya haya coincido con la aprobación de la ley de amnistía en el Congreso de los Diputados y con la celebración del décimoquinto congreso del PSC, un cónclave que ha ratificado a Salvador Illa como primer secretario de los socialistas catalanes y como candidato a la presidencia de la Generalitat en las elecciones del 12 de mayo.

Desde que Illa resultó vencedor en los comicios autonómicos de 2021 todas las encuestas han situado al PSC como el partido mejor posicionado para ganar las elecciones, siempre a una notable distancia de ERC y todavía más respecto a Junts per Catalunya, formación que estaría viviendo su momentos más bajos. No obstante, la tramitación de la ley de amnistía y la posibilidad de que Carles Puigdemont vuelva a ser candidato a la presidencia de la Generalitat amenazan con dar al traste con las buenas expectativas de Illa y elevan las de Junts.

El hecho de que el expresident vuelva a ser candidato podría invalidar el principal argumento con el que se ha tratado de legitimar la ley de amnistía, precisamente el mismo que la propia Comisión de Venecia avala en su dictamen: la reconciliación. La insinuación del entorno de Puigdemont de que con el objetivo de mantener la estrategia de la confrontación, podría regresar antes de la aprobación final de la ley, arriesgándose incluso a ser detenido y encarcelado aunque previsiblemente por un breve lapso de tiempo, desmentiría la idea de que la amnistía "ayuda a restablecer la normalidad política" como sostenía el propio Illa en la entrevista publicada este domingo, a menos que se entienda por normalidad política volver al escenario de 2017. Y si esto sucede se confirmará lo que por ahora solo es una sospecha, y es que la amnistía no propicia la reconciliación sino que es más bien una rendición que permite volver a empezar, como algunos líderes independentistas defienden. Esta es una posibilidad que resulta muy lesiva para los intereses de Illa ya que el PSC dejaría de ser el valor refugio en que se ha convertido en los últimos años para muchos catalanes descontentos con el procés, con sus resultados y con la lógica política que de él se ha derivado. La incógnita es si el PP, el otro partido al que las encuestas auguran un importante crecimiento, podría recoger el testigo y beneficiarse de la fuga de votos.

Gran capacidad de movilización

Pero el retorno de Puigdemont no solo amenaza con dejar al desnudo el argumentario de la ley de amnistía reduciendo las expectativas electorales de los socialistas,  sino que también hace peligrar su primera posición. No hay que olvidar que el expresident sigue manteniendo intacta una elevada valoración por parte de su electorado y que sigue teniendo una gran capacidad de movilización, que de materializarse, podría provocar el sorpasso de Junts al PSC y llevarlo a reclamar legítimamente la presidencia de la Generalitat, acabando así con las posibilidades de Illa.

Por ello, a menos que Puigdemont no se presente o que se produzca un vuelco histórico y suceda lo que nunca en unas elecciones autonómicas en Catalunya y es que haya una mayoría parlamentaria de partidos no nacionalistas, Illa, por muy preparado que esté, no será presidente.

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