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Albert Sáez

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Director de EL PERIÓDICO

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Catalunya necesita presupuestos

La líder de los Comuns en el Parlament, Jéssica Albiach, con el president Pere Aragonès

La líder de los Comuns en el Parlament, Jéssica Albiach, con el president Pere Aragonès / FERRAN NADEU

El catalán es un gobierno débil que en algunos ámbitos roza la parálisis por no tener una mayoría estable aunque desde la salida de Junts ha dejado de ser un gobierno convulso. Ahora pasa un momento complicado. Tiene atascado en el Parlament un proyecto de presupuestos expansivo, que cuenta con el apoyo de los agentes sociales en sus líneas maestras. Pero no encuentra los dos diputados que le faltan para aprobarlo tras sellarse el pacto inicial entre Aragonès e Illa. Junts ha dicho que de ninguna manera si no se elimina el impuesto de sucesiones. La pelota ahora está en el campo de los Comuns. Oficialmente, el obstáculo es el proyecto de complejo turístico de Hard Rock, en Salou y Vilaseca. Se ha covertido en un símbolo y ya se sabe que los símbolos dependen de lo intangible. Desde fuera de la política, resulta casi incomprensible que un presupuesto se vaya al traste por un asunto que no está en el presupuesto. Pero es legítimo que una fuerza política quiera vincular la aprobación de una ley tan importante a sentirse cómoda con el modelo de país que impulsan. ¿Tan distintos son modelos de Esquerra, PSCy Comuns? No lo parece.

El Hard Rock representa en Catalunya lo que el Hermitage representó en la Barcelona gobernada por Ada Colau, un símbolo de que las administraciones tienen que condicionar su apoyo a la inversión privada a alguna cosa más que el cumplimiento de la legislación vigente, tienen que establecer un filtro ideológico a los proyectos que se tramitan. Y esto ya es más complicado de gestionar porque los juegos de mayorías y minorías dan muchas vueltas. El president Aragonès ha dicho que en el Parlament hay una mayoría a favor de Hard Rock y que su gobierno se limita a aplicar la ley. Así las cosas, quizás la abstención sería la llave del asunto siempre y cuando el problema sea el Hard Rock y no otro. Porque mientras Ada Colau necesitó presupuestos en Barcelona, el Hard Rock no fue obstáculo. Barcelona y no Madrid es el tema.  

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