Presupuestos catalanes

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Pere Aragonès y Albert Batet el miércoles en el pleno del Parlament.

Pere Aragonès y Albert Batet el miércoles en el pleno del Parlament. / Eric Renom / La Presse

Quim Bertomeu

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El Govern y Junts han retomado este jueves la negociación de los presupuestos catalanes después de semanas de parálisis, pero la posibilidad de llegar a un acuerdo sigue lejana. El gran escollo, según señalan fuentes de las dos partes consultadas por EL PERIÓDICO, es la distancia que les separa en las propuestas fiscales que hacen los posconvergentes. En especial, que Junts reclama la práctica supresión del impuesto de Sucesiones, algo que el Govern rechaza por completo.

La reunión se ha celebrado este tarde en una de las salas del Parlament. Por parte del Govern han acudido sus tres negociadores habituales -Núria Cuenca, Marc Ramentol y Josep Maria Aguirre- y el viceconseller Sergi Sabrià, persona de la máxima confianza del president Aragonès. Por parte de Junts, la portavoz parlamentaria, Mònica Sales, y los diputados Joan Canadell y Jordi Munell. Durante una hora han repasado todas las propuestas y contrapropuestas para acabar constatando que el impuesto de sucesiones es un muro insuperable.

Desde el principio el Govern se ha mostrado contrario a las recetas fiscales de Junts. Incluso elaboró un documento interno que cifraba en 1.200 millones de euros el impacto negativo que tendría para las arcas de la Generalitat. En concreto, la merma fiscal que implicaría la bonificación del 99% del impuesto de sucesiones sería de 358 millones anuales. Pero más allá del dinero, el Govern ve este impuesto como un símbolo. Un símbolo que diferencia a un ejecutivo progresista de uno que no lo es. Desde la Generalitat aseguran que hay un 70% de sintonía respecto a las propuestas posconvergentes que no tienen que ver con la fiscalidad -Educación, Sanidad, Universidades, etc.-, pero que esta cuestión lo encalla todo.

Fuentes de Junts también ha constatado que no ha habido "avances" y han acusado al Govern de no querer "moverse". "Si quiere nuestros votos tienen que aceptar la petición más importante que hacemos como es la bonificación de Sucesiones. Es una línea roja para nosotros", concluyen las mismas fuentes. Además, también suman algún reproche que no invita a pensar que la situación pueda cambiar a corto plazo: "Dar los votos a cambio de nada no es nuestra forma de hacer política". Este lunes se reunirá la dirección de Junts y tomará la decisión definitiva de si presenta o no enmienda a la totalidad contra las cuentas. Ahora mismo tendrían que cambiar mucho las cosas para que no la presentara.

Vuelta a los Comuns

Desde hacía semanas, el pacto entre el Govern y Junts para los presupuestos se daba por imposible. Las dos partes se acusaban mutuamente de no tener una voluntad sincera de llegar a ninguna parte. Sin embargo, este miércoles resucitaron la posibilidad de un acuerdo. Lo hicieron ante el pleno del Parlament las dos personas más autorizadas para hacerlo: el president Aragonès y el líder parlamentario de Junts, Albert Batet. Este jueves se han retomado los contactos, pero se ha vuelto a imponer la misma realidad: las dos partes ven muy difícil un acuerdo.

De este modo el Govern, si quiere tener presupuestos, vuelve a estar donde estaba ayer, en las manos de los ocho diputados de los Comuns. Y los Comuns siguen planteando como condición sine qua non el freno del proyecto turístico del Hard Rock, una condición que Aragonès ya ha dicho que no puede tomar sin enfrentarse a problemas legales con los promotores. Pese a que para el Ejecutivo catalán el panorama ahora mismo es sombrío, intentan dar muestras de optimismo: "Quedan muchos días", señalan desde la Generalitat. La primera fecha límite en el calendario es el próximo miércoles, cuando se votará la admisión a trámite de las cuentas.