La UE se adentra en la incertidumbre

El BCE someterá a 109 bancos a un test de estrés frente a ciberataques

El BCE someterá a 109 bancos a un test de estrés frente a ciberataques

Eliseo Oliveras

Eliseo Oliveras

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La Unión Europea (UE) se adentra en la incertidumbre en un año político clave. Los últimos datos y previsiones económicas auguran un 2024 difícil. La escalada en el conflicto de Oriente Medio y la perspectiva de una prolongada guerra en Ucrania agravan la tensión geopolítica y dañan la economía. En el primero, la UE carece de influencia, pero en Ucrania ha renunciado a intentar poner fin a la guerra. Las políticas anunciadas por la UE, Alemania y Francia alimentarán el voto de descontento a favor de la ultraderecha en las elecciones europeas de junio. A ello, se añade el riesgo de una victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales norteamericanas, que daría un mayor impulso a las fuerzas ultras europeas y dañaría las relaciones trasatlánticas, como ocurrió en su anterior mandato.

La economía alemana se contrajo un 0,3% en el conjunto de 2023 y podría sufrir este año otra caída del producto interior bruto (PIB). El Banco Central Europeo (BCE) ya admite que la eurozona también podría estar en recesión y que las perspectivas a corto plazo son muy débiles. Pero el BCE ha retrasado hasta verano la primera bajada de los tipos de interés y seguirán penalizando la actividad y frenando la recuperación. La proliferación del empleo precario y a tiempo parcial ha permitido bajar la tasa de paro de la UE, pero el número de desempleados en cifras ajustadas estacionalmente ha crecido en un año en Alemania, Francia, Dinamarca, Suecia y Portugal, según los últimos datos de Eurostat de noviembre.

Las cifras alemanas ejemplifican las dificultades europeas: pérdida de poder adquisitivo por la subida de precios y tipos de interés, caída del consumo privado (0,8% en 2023), caída de la producción industrial (2%) y recorte del consumo público (1,7%) por una aplicación anticipada de la política de austeridad. Los países de la UE donde el turismo tiene un mayor peso han capeado hasta ahora mejor la crisis, como España, donde el turismo aportó el 70% del crecimiento del PIB del 2023. Pero la caída anual de la producción industrial en la eurozona ya llegaba al 6,8% en noviembre, según Eurostat.

Menos flexibilidad

El ministro de Finanzas alemán, el liberal Christian Lindner, cuyo partido obtuvo el 11,5% de los votos en 2021 y ahora solo cuenta con una intención de voto del 5%, impuso un reforma muy restrictiva del pacto de estabilidad, calificada de muy negativa por economistas europeos prestigiosos, como Jean Pisani-Ferry. El compromiso impuesto por Berlín eliminó la mayor parte de la flexibilidad para reducir la deuda y el déficit público de la propuesta inicial de la Comisión Europea, que ya se quedaba muy corta, porque no solucionaba cómo financiar las astronómicas inversiones que debía afrontar la UE para la transición verde, el desarrollo industrial y tecnológico y la defensa, como subrayó el Real Instituto Elcano, entre otros.

El Parlamento Europeo intenta ahora reintroducir más flexibilidad pero choca con Berlín. La forma más efectiva de reducir el nivel de deuda respecto al PIB es facilitar un fuerte crecimiento económico. Pretender reducirlo con ajustes que ahogan la economía conducen a reproducir el desastre causado por la política de austeridad de 2010-2019, del que la UE aún no se ha recuperado.

Alemania y la UE se han embarcado además en una estrategia peligrosa que alimentará un mayor voto de descontento a favor de la ultraderecha: se apoya una nueva ayuda a Ucrania de 50.000 millones de euros, pero se rechaza ampliar los fondos para el desarrollo tecnológico e industrial europeo y para amortiguar el coste de la transición energética. Lindner ha logrado la rebelión del campo alemán por recortar subsidios y que suba al 27% la simpatía de los obreros industriales por la ultra Alternativa para Alemania (AfD), ha suprimido la ayuda a la compra de coches eléctricos y pretende recortar las ayudas para la fabricación de microchips y la transición verde industrial. El mayor fabricante de paneles solares en Alemania, Meyer Burger, acaba de anunciar el cierre y su traslado a EEUU, donde se apoya a la industria clave con subsidios.

En Francia, las medidas anunciadas por el presidente Emmanuel Macron también generarán más malestar social y voto ultra: otra reforma laboral, restricciones en el seguro de paro, reforma del sueldo de los funcionarios, recorte del gasto público, silencio sobre el deterioro de los servicios públicos y sanitarios en la Francia interior y medidas cosméticas en educación (uniforme y Marsellesa, en lugar de más profesores y fondos).

Suscríbete para seguir leyendo