Carrera a la Casa Blanca

Cinco claves para interpretar la victoria histórica de Trump en los caucus de Iowa

MULTIMEDIA | Así va la carrera electoral en EEUU: calendario, candidatos, primarias y encuestas

Calendario de los caucus y las primarias del Partido Demócrata

Calendario de los caucus y las primarias del Partido Republicano

Así están las encuestas de las primarias y de las elecciones en EEUU

Idoya Noain

Idoya Noain

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Lo que se palpaba estos días en Iowa y anticipaban desde hace meses los sondeos se ha confirmado este lunes con la incontestable victoria de Donald Trump en los caucus de este estado, la primera cita en el proceso para elegir al candidato republicano para las elecciones presidenciales del 5 de noviembre.

Estas son cinco claves de la jornada, los resultados y sus consecuencias.

Trump, sin adversario

Con el 51% de los votos cosechados en un estado donde en 2016 quedó segundo, Donald Trump ha hecho historia y ha ganado mucho más que sus primeros 20 delegados --Iowa repartía de forma proporcional 40 y hacen falta 1.215 para asegurarse la nominación en la convención--. Aunque no había muchas dudas de quién es el absoluto favorito para ser candidato a las presidenciales, ahora ya no queda ninguna. De concretarse, la nominación sería la tercera para el antiguo empresario inmobiliario que, si no hay sorpresas en el campo demócrata, reeditaría su duelo con Joe Biden de 2020, que Trump (aunque siga sin reconocerlo) perdió. 

La barrida de Trump manda también un mensaje contundente sobre su dominio del partido, entre cuyas bases mantiene el firme respaldo mostrado por los votantes de Iowa. Aunque solo hayan votado 110.000 personas en un país de 330 millones de habitantes, y aunque este electorado no sea el más representativo del país (es sobre todo blanco, mayor y con enorme peso del voto evangélico), su dictado este lunes es un mensaje que recuerda la fortaleza del movimiento MAGA --'Make America Great Again' (Hacer América Grande de Nuevo-- y el compromiso con su líder, por más que esté imputado con 91 cargos penales (o quizá, precisamente porque lo está).

Éxito de una campaña anómala

Trump ha podido ganar rompiendo, como de costumbre, tradiciones. En un estado donde los candidatos se dejan la piel con viajes constantes y una infinidad de encuentros de cercanía con los votantes, él ha actuado como una estrella de rock, con solo 30 visitas y grandes actos de campaña. Su organización sobre el terreno ha sacado rédito de una estrategia: no ir puerta por puerta intentando buscar a los votantes, como han hecho sus rivales, sino exprimir las bases de datos e información acumulada desde 2016, cuando quedó segundo. 

Con esa apuesta por la organización de base ha logrado movilizar nuevos apoyos, educar e incentivar a los voluntarios, y asegurar que votantes con potencial de afinidad participaban en las votaciones. Aunque esa participación total ha bajado del récord de 186.000 personas de 2016 a 110.000; el temporal de frío polar ha podido influir en el descenso. Hay además una nota con potencial demoledor para sus rivales si se replica en las próximas citas: ha ganado votantes con educación superior.

El revés de Haley

Otra buena noticia para Trump es que Iowa ha frenado el 'momentum' con que llegaba Nikki Haley, su antigua embajadora ante la ONU, que en los últimos meses ha estado subiendo en las encuestas y recabando apoyo de grandes donantes como los conservadores hermanos Koch. El tercer puesto de la exgobernadora de Carolina del Sur no le apea de la carrera, pero le quita algo del impulso con que confiaba llegar el martes próximo a las primarias de Nuevo Hampshire. Allí algunas encuestas hasta ahora le situaban muy cerca de Trump. Sigue planteándose como alternativa, pero necesita resultados muy buenos y, más allá de Nuevo Hampshire, se antojan complicados en las siguientes citas en Nevada y el estado que gobernó.

DeSantis sobrevive y Ramaswamy y Hutchinson abandonan

El gobernador de Florida sobrevive, y eso es a la vez un gran fracaso y un pequeño logro.  Durante meses se esperó que fuera la alternativa a Trump pero el hundimiento gradual de esas expectativas se ha confirmado con sus casi 30 puntos de distancia del expresidente.

Quedar segundo y por delante de Haley --aunque sea por dos puntos escasos--, al menos le permite seguir en liza en las próximas citas (en las que las perspectivas, dada su gran apuesta por Iowa) no son halagüeñas. Es algo que no hará Vivek Ramaswamy, que tras obtener solo el 8% del sufragio ha decidido abandonar la carrera y apoyar a Trump, heredero natural del votante que respaldaba al inversor.

También ha tirado la toalla el exgobernador de Arkansas Asa Hutchinson, quien ha quedado sexto al cosechar únicamente el 0,2% de los apoyos. De 73 años, Hutchinson era, junto a Chris Christie --también retirado de la carrera a la nominación--, uno de los pocos republicanos que había criticado abiertamente a Trump y había dicho que debería retirarse de la contienda.

Inmigración y economía, ejes republicanos

De encuestas realizadas antes de las votaciones y conversaciones anecdóticas con votantes se pueden extraer ya líneas de temas que para los republicanos son centrales a la hora de elegir a su nominado y de plantear quién será mejor a la hora de luchar con los demócratas en noviembre.

Los principales son la inmigración y la economía, aunque el aborto también juega un papel fundamental. El asalto al Capitolio, el negacionismo de la victoria de Joe Biden o los procesos penales y civiles en contra de Trump no se plantean para los conservadores como los retos para la democracia de los que alerta el presidente demócrata.

Hay, no obstante, divisiones y señales de alerta. Solo nueve de cada 100 votantes de Trump creen que Biden es el presidente legítimo, según un sondeo de CNN. Sí aceptan los resultados legales cerca del 50% de los votantes de Haley, pero ella tiene menos de la mitad de votos que Trump.

Y de cara a las presidenciales, es cuando salta la alerta: más del 30% de quienes han votado creen que, si Trump es condenado, no debería ser presidente.

Suscríbete para seguir leyendo