Primarias en EEUU
Alfonso Armada

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Periodista.

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El mayor teatro del mundo arranca en Iowa

La democracia en América peligra con ese Supremo que Trump forjó a su medida, pero también si el expresidente vuelve al Despacho Oval

Trump llega con claro dominio a los caucus de Iowa, el pistoletazo de salida del año electoral en EEUU

Nikki Haley se lanza a por el voto republicano incómodo con el "caos" de Trump

Un autobús de apoyo al candidato Donald Trump en Iowa

Un autobús de apoyo al candidato Donald Trump en Iowa / Al Drago/Bloomberg

“«¿Tan grande es realmente todo?», preguntó Karl. «Es el mayor teatro del mundo», dijo Fanny otra vez. «A decir verdad, yo no lo he visto todavía, pero muchas de mis compañeras, que han estado ya en Oklahoma, dicen que casi no tiene límites». Karl es Karl Rossman, protagonista de 'El desaparecido', una de las raras novelas inacabadas de Kafka, que su amigo Max Brod rebautizó 'América'. Las elecciones estadounidenses (con su rito de primarias y 'caucuses' de votantes que votan en pequeñas comunidades) arranca hoy en Iowa, un estado parecido a Oklahoma. El proceso pasa por episodios circenses como el supermartes del 5 de marzo, con pistas en diez estados, entre ellos Texas y California, hasta desembocar en las convenciones republicana en Milwaukee (Wisconsin, del 15 al 18 de julio) y demócrata en Chicago (Illinois), para proclamar a sus candidatos, que someterán a una prueba decisiva la democracia en América el 5 de noviembre. ¿Será el principio de un eclipse político en el gran escenario del mundo, con el chino Xi Jinping y el ruso Vladimir Putin frotándose las manos o aplaudiendo a rabiar?

Veamos tres números de este circo que condiciona la jaula global.

¿Quiénes quedan en la carrera? Del lado demócrata Joe Biden no tiene (para bien y para mal) rival a la vista. A los demócratas se les acaba el tiempo para sacar de la chistera un conejo viable. Del lado republicano, Donald Trump lleva las de ganar (despierta tanto furor entre los suyos como animadversión en la grada rival) frente a su ex exembajadora en la ONU, Nikki Haley (comparte su credo, no suscita tanto entusiasmo, pero menos odio en el otro electorado) y el gobernador de Florida, Ron DeSantis (para Dan Halpern en '1843', magazine del 'Economist': “DeSantis estaba destinado a ser Trump sin arrogancia, Trump sin locura, Trump sin incompetencia”, pero todo eso se ha evaporado: mejor el original que la copia). Ambos se encuentran a más de 30 puntos de T en las encuestas de Iowa, pero la distancia es mayor a escala nacional.

La cuestión de la vejez. Biden tiene 81 años y tendría 86 al término de su mandato si volviera a ganar. Trump tiene 77 y tendría 82 al final de su plausible segunda oportunidad en la Casa Blanca. Serían los candidatos más viejos de la historia de Estados Unidos. Los traspiés físicos y mentales parecen un guion para payasos, y en esa lid Biden lleva ventaja al 'clown' Trump. Muchos creen que si la rival de Biden fuera Haley, la derrota demócrata sería ineluctable. A la edad se une la deserción de la “izquierda joven” demócrata por el ciego respaldo de Biden a la campaña israelí en Gaza y Cisjordania.

La espada de Damocles de la justica. El 8 de febrero, el Tribunal Supremo deberá decidir si Trump (enredado por querellas sin fin) puede ser candidato. Los Supremos de Colorado y Maine le han dejado fuera, en virtud de la enmienda 14 de la Constitución, que prohíbe ocupar cargos públicos a quienes hayan participado en una insurrección, como fue el asalto al Congreso del 6 de enero de 2021, cuando sus fanáticos trataron de impedir que el Congreso ratificada la victoria de Biden. La democracia en América peligra con ese Supremo que Trump forjó a su medida, pero también si T vuelve al Despacho Oval.

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