Elecciones EEUU 2024

Trump llega con claro dominio a los caucus de Iowa, el pistoletazo de salida del año electoral en EEUU

El último debate entre Haley y DeSantis ratifica la cruenta lucha por el segundo puesto en la primera cita electoral de los republicanos

Una dictadura de Trump: ¿miedo exagerado?

El momento de Nikky Haley, la candidata al alza en la carrera republicana contra Donald Trump

El expresidente de EEUU Donald Trump, este miércoles noche durante el 'town hall' de Fox en Des Moines, Iowa.

El expresidente de EEUU Donald Trump, este miércoles noche durante el 'town hall' de Fox en Des Moines, Iowa. / KAMIL KRZACZYNSKI / AFP

Idoya Noain

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Todo está absolutamente nevado en Iowa. El termómetro este miércoles por la noche en Des Moines rondaba los nueve bajo cero, solo un aperitivo del festival de frío que está por venir en las próximas jornadas. Y a solo cinco días de que este estado rural del medio oeste abra las votaciones del año electoral con la celebración el lunes de los caucus republicanos, según se anticipa los más gélidos de la historia, si hay algo que parece congelado ya es el estado de la carrera que libran los conservadores para elegir a su nominado a presidente. En ese esprint final hacia la primera votación, como desde hace meses, está en una clara posición de dominio Donald Trump. Lejos, muy lejos, los demás.

Nada, o prácticamente nada, ha cambiado tras la celebración este miércoles del quinto debate, en el que esta vez solo han participado Nikki Haley y Ron DeSantis. Mientras ellos se lanzaban en la Universidad de Drake y ante las cámaras de CNN a la yugular del otro, a escasos cinco kilómetros de allí Trump se entregaba al relajo en un 'town hall' organizado por Fox News.

La fuerza de Trump

El expresidente se daba un paseo entre preguntas amables, con el público asistente haciéndose fotos con él en los intermedios. Entre ese público había numerosas personas con las gorras de béisbol blancas y doradas que van a llevar el lunes en los caucus sus llamados "capitanes de precinto", que son quienes en cada asamblea hablan a favor de un candidato intentando convencer a los asistentes de que le den su voto, algo que enviaba una señal de fuerza de su red de apoyo pese a que haya hecho infinitamente menos campaña en este estado que sus contrincantes.

Su ventaja es tan prohibitiva y su estrategia de ignorar a esos rivales hasta ahora ha sido tan efectiva que Trump apuesta por presentarse como inevitable. Habla dándose ya por ganador, sugiriendo que incluso ha pensado en quién será su vicepresidente o vicepresidenta (aunque luego su campaña aclaró que tiene decididas las cualidades que busca pero no la persona específica). Y en el acto televisado hasta matizó algunas de sus más trumpistas y polémicas declaraciones recientes. "No voy a ser un dictador", dijo en un momento. "No voy a tener tiempo para la venganza", aseguró en otro.

Ataques y estrategia de Haley y DeSantis

Mientras, la exgobernadora de Carolina del Sur y exembajadora ante Naciones Unidas y el actual jefe del Ejecutivo de Florida se sumían en otra descarnada pelea a martillazos verbales entre ellos, en vez de contra quien es su principal rival.

Los dos se acusan de mentir y en el caso de Haley hasta ha creado una web dedicada a las mentiras de su rival que ha repetido hasta la extenuación a lo largo de dos horas de debate. Los dos tienen preparadas líneas de ataque contra el otro, ninguna posiblemente más efectiva este miércoles por parte de DeSantis para acusar de "globalista" a Haley que la frase "la embajadora puede abandonar la ONU, pero la ONU no abandona a la embajadora".

La táctica de Haley y DeSantis, en cualquier caso, tiene cierto sentido en este momento y ante un contendiente tan fenomenal como Trump. Porque aunque con su población mayoritariamente blanca y mayor y con un peso sobredimensionado del voto evangélico Iowa no sea un estado representativo del país (uno de los argumentos que Joe Biden y el Comité Nacional Demócrata han usado para no abrir aquí este año su propio proceso electoral interno), el que sea de los dos que logre posicionarse mejor en los caucus del lunes recibirá un impulso para seguir presentándose como una alternativa posible al abrumador favorito. Y aunque la experiencia demuestra que más veces que menos Iowa no elige presidentes, sí contribuye a hacer y deshacer carreras.

Para DeSantis, que ha recibido el respaldo de la gobernadora de Iowa Kim Reynolds, un buen resultado empieza a hacerse cuestión de superviviencia. Haley, por su parte, tiene más espacio de maniobra pero quedar en un segundo lugar el lunes sería también especialmente importante. Es en la siguiente cita, las primarias del día 23 en Nuevo Hampshire, donde según algunos sondeos ella se acerca más a Trump. Y el camino aún se le ha despejado más este miércoles, cuando el exgobernador de Nueva Jersey Chris Christie ha anunciado que abandona la carrera.

Adiós de Christie

Aunque Christie no había hecho campaña en Iowa y prácticamente ni computaba en las encuestas, en algunas de las de Nuevo Hampshire tenía algo más del 10% de votantes, y entre la mitad y dos tercios de ellos veían a Haley como segunda opción. Y es la heredera natural en esta carrera de esos votantes que apoyaban a un candidato que había hecho del esfuerzo por frenar a Trump su propuesta central. En el lado negativo de la balanza, Christie no solo se ha ido sin dar su apoyo a la candidatura de Haley, sino que ha sido pillado en un micrófono abierto minimizando su potencial de futuro. "La van a destrozar", ha augurado. "No está a la altura".

Parte de la actuación de Haley en el debate de este miércoles y los preparativos que hace su campaña para organizar ya fuertes desembarcos en estados como Texas, California y Maine, no obstante, ratifican que la candidata está apostando por el medio y quizá hasta largo plazo. Aunque los ataques de los dos en el debate a Trump han sido pocos, los de ella, que lleva identificando durante semanas a su antiguo jefe con "el caos", han sido infinitamente más contundentes. Ha dicho que "tendrá que responder" por el asalto al Capitolio, que ha llamado "un día terrible". Y ha afirmado que, diga lo que diga el expresidente, en las elecciones de 2020 "Trump perdió y Joe Biden ganó".

Son denuncias que difícilmente le ayuden en Iowa, un estado donde elementos clave de la base trumpista como los evangélicos cada vez más radicalizados son dominantes y determinantes. Pero pueden apelar a moderados e independientes, especialmente en un duelo en las presidenciales frente a Biden. No solo Trump se ve, se siente y piensa más allá de estos caucus.