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Las reuniones entre el presidente del Gobierno y el líder de la oposición el día de la lotería de Navidad no son una novedad. En 2006, Zapatero y Rajoy se reunieron y la negociación con ETA fue el tema central de la conversación. Diecisiete años más tarde, la política española parece congelada. A un lado del cuadrilátero un ZP 2.0 y al otro un gallego sucesor natural de otro gallego, Rajoy, hablando de cosas parecidas y con un nivel de crispación que, como entonces, parece que no puede ser más alto.

Sánchez se esforzó en aparecer sonriente. Recibió a Feijóo tratándolo de tú. El líder del PP, más tenso, de usted. Para que su espíritu navideño quedara de manifiesto Sánchez regaló a Feijóo un libro de Muñoz Molina, 'Volver a dónde', una obra que aparentemente aborda los días de la pandemia, pero en realidad trata sobre cómo construimos nuestros recuerdos. Un psiquiatra diría que al presidente del Gobierno le preocupa cómo será recordado. Feijóo llegó sin amigo invisible.

Tras la reunión, el jefe de la oposición compareció y dijo que “de la reunión se podía esperar poco y hemos conseguido poco”. La afirmación de Feijóo es incomprensible, un político suele vender por todo lo alto pequeños logros y Feijóo hizo lo contrario.

Al igual que el primer premio de la lotería fue remolón y salió a última hora, Feijóo espero al final de su comparecencia para cantar el Gordo: “hemos acordado que la Comisión Europea mediará para renovar el CGPJ”. ¡Feijóo se abona a la táctica Puigdemont y pide un verificador internacional para negociar con Sánchez!

Tras la reunión se hizo el silencio en las filas de los socios de Sánchez. Cada acuerdo que se intente entre Sánchez y Feijóo es una mala noticia para los aliados del presidente del Gobierno.

Feijóo y Sánchez pusieron de manifiesto que la política española necesita terapia. Hoy Feijóo sigue desconfiando, y con razón, de Sánchez, y el líder socialista sigue creyendo que el PP tiene secuestrada la cúpula judicial, pero tras meses más propios de 'Beltenebros' que de 'Volver a dónde' que se haya acordado hablar, aunque sea con un verificador, es una magnífica noticia.

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