Apunte

María Jesús Montero juega al mus

El Gobierno aprueba un techo de gasto récord para 2024 que roza los 200.000 millones

La Airef denuncia que el plan de reequilibrio del déficit del Gobierno no cumple la Ley de Estabilidad

La vicepresidenta María Jesús Montero atén els mitjans després de la roda de premsa d'ahir

La vicepresidenta María Jesús Montero atén els mitjans després de la roda de premsa d'ahir / ALBERTO ORTEGA / EUROPA PRESS

Agustí Sala

Agustí Sala

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No sé si la vicepresidenta cuarta y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, es jugadora de mus, pero lo parece. De hecho la técnica del envite ya la había usado al acceder al cargo en 2018.

Ahora, Montero -erigida en una especie de coordinadora del área económica del Ejecutivo, una vez conocida la marcha de la vicepresidenta Nadia Calviño, a presidir el Banco Europeo de Inversiones (BEI)- lo ha vuelto a hacer tras aprobar el Gobierno del denominado techo de gasto para los presupuestos del Estado para 2024, que rozará los 200.000 millones de euros, un récord; y a la vez contempla rebajar el déficit público del 3,9% previsto para 2023 al 3%.

El del déficit es un detalle en el que ha reparado la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal, la Airef, que echa en falta detalles que sustenten cómo se hará su reducción hasta el 2,5% del PIB en 2026. Montero dijo que será sin recortes y con la recaudación por la actividad económica y los fondos europeos pese a la que la tendencia es a la desaceleración.

Pero el órdago está en la senda de reducción del déficit, que debe avalar un Senado con la mayoría absoluta de un PP poco propenso a ayudar al Gobierno. La administración central rebaja del 3% al 2,7% del PIB el nivel al que deberá acabar en 2024. Una décima se la otorga a las autonomías, que en vez del equilibrio presupuestario contarán con el 0,1% del PIB de déficit y los entes locales, en vez de tener que cerrar con un superávit del 0,2% del PIB podrán hacerlo en equilibrio. Y avisa al PP: si lo vetan dejará a las autonomías, la mayoría en sus manos, con menos margen de gasto, que ganará la administración central, o sea la propia Montero.

Y otro envite: la condonación de la deuda pactada entre los socialistas y ERC para la Generalitat la ofrece Montero a todas las comunidades, incluso las que se financian sin ayuda del Estado, como la de Madrid (la citó), en manos de Isabel Díaz Ayuso ¿Podrá evitar Génova, donde habita el poder central popular, que a sus barones les tiente morder el anzuelo para contar con más gasto y reducir deuda?

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