El pelo del PP y del PSOE

En materia de peluquería, al PP le ha salido muy bien su jugada en el Senado. Con el objetivo de dejar aislados a los socialistas y aprovechando su mayoría en la cámara alta, lograron el apoyo del resto de partidos a su propuesta de tramitar la rebaja del impuesto de valor añadido (IVA) del 21% actual 10% a las peluquerías, barberías y servicios de estética, una reclamación, por cierto, que estas empresas y autónomos llevan años pidiendo.

Pero si llama la atención que el PP logre que incluso los socios del Ejecutivo central le apoyen, aún son más pintorescos los argumentos del PSOE para oponerse a esta iniciativa. La verdad es que huele al típico y habitual juego de negarse a votar lo que proponen los rivales políticos. Y es que con el PP en el Gobierno, era el PSOE el que pedía la reducción de esta carga a las peluquerías y, por supuesto, los populares se oponían.

Ahora la situación es la contraria, aunque el periplo ha sido considerable: el Gobierno de Mariano Rajoy elevó el IVA a estos servicios en 2012; luego el PSOE reclamó su rebaja en 2017 y los populares lo rechazaron; y, por último, en 2021 la entonces presidenta de la Cámara Alta, la socialista Pilar Llop, anuló una enmienda aprobada por todos los grupos salvo el PSOE.

Los populares, siguiendo sus tesis de rebajas impositivas, afirman que esta medida aportaría 140 millones de euros más. Es decir, a su juicio, menores tributos generan más ingresos. Y el Gobierno cree que tendría un impacto negativo de 372 millones porque, aunque se aplique a partir de 2024 afectará la recaudación actual porque al conocerse la medida habrá mucha gente que espere hasta enero para ahorrarse unos euros en la peluquería. Esto, apuntan, implicaría una reducción de los ingresos previstos. En todo caso, son sumas pequeñas en un presupuesto de más de 200.000 millones.

Quizás el PP quiere que le corten las puntas a un precio más bajo o el PSOE prefiere dejarse melena, pero teniendo en cuenta los vaivenes de esta iniciativa, lo que habría que pedir, siguiendo el mundo de las peluquerías, es que no nos tomen el pelo.

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