Otegi pide a Hamás que no sean tan etarras

Y es que no es plan, claro, eso de secuestrar civiles y utilizarlos como moneda de cambio en una guerra contra un Estado represor. No es plan, claro. No lo es en Gaza provincia de Palestina, donde la lucha antiterrorista de Israel deja a los GAL en el peloteo un amistoso de pádel, y tampoco lo fue en la España en la que Otegi y sus amigos secuestraban a civiles y los utilizaban como moneda de cambio contra el Estado constitucional. Para mí, la imagen televisiva de la semana.

Otegi pronunciaba estas palabras mientras Israel prepara su invasión terrestre de la franja de Gaza, que, oh, casualidad, es la misma semana en la que El Mundo ha publicado información sobre las andanzas documentales de Otegi antes de pensar como ahora. Órdenes de secuestros con una caligrafía de una puerilidad siniestra que, por lo pronto, parece que efectivamente es la suya. Es decir, que Otegi pide a Hamás que no sean tan etarras… Y me queda la duda de si oírle pedir esas cosas a Hamás significa que hemos avanzado mucho en la pacificación de España, o si más bien estamos en un nuevo hito del cinismo político.

Siempre que Bildu y sus representantes del ala Batasuna o directamente exetarra han tenido la oportunidad de condenar el terrorismo, han salido con una suerte de discurso pragmático en el que nos decían que la izquierda abertzale entendió (y ellos trataron que lo entendiera) que la violencia no era un método válido para lograr los objetivos de socialismo e independencia de Euskal Herria. Es decir: que matar, amedrentar, secuestrar y torturar había dejado de ser un medio útil para lograr un fin en algún momento, y que ETA lo entendió tarde.

Esto siempre se ha dicho sin asomo de repulsa moral hacia el método, sino con una inteligencia táctica para intuir qué es lo que hay que hacer en cada momento, y qué conviene dejar de hacer. Y ahora, claro, como toca superar al PNV en Euskadi y tener presencia clave en el Congreso para sentar bases, a cambio de apoyar gobiernos, para una demolición parcial del Estado Constitucional que termine inclinando la balanza hacia la autodeterminación sin las mayorías necesarias, en ello andamos.

Bueno. Por volver a Otegi, lo que me pregunto es cómo tener los bemoles para defender la idea de que Euskadi, con sus privilegios fiscales, su progreso, su educación y sus medios, y su policía autonómica, ha sido durante nuestra democracia un pueblo oprimido si estamos hablando de Palestina.

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