La hoguera

Webcam en directo desde Gaza

El ciudadano que quiere información cierta sobre la marcha de la represalia está en un serio aprieto, pero también los periodistas honestos que intentan no mentir

Destrucción causada por misiles israelís en la Franja de Gaza, en imagen de archivo.

Destrucción causada por misiles israelís en la Franja de Gaza, en imagen de archivo. / Europa Press/Contacto/Naaman Omar

Juan Soto Ivars

Juan Soto Ivars

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Lo real y lo irreal vienen de la mano por el laberinto de internet. La arrolladora verdad de la guerra continúa. Deja madres sin hijos y niños mutilados al otro lado del Mediterráneo, pero durante la semana siguiente a los atentados de Hamás, con la venganza de Netanyahu perfilándose en los surcos que dejan las orugas de los tanques, un macabro regateo de bebés degollados por terroristas contra el baile de víctimas de los bombardeos de Israel en la franja de Gaza estalla en la opinión pública española.

Como combatientes de la Tierra Santa se disputan, en Twitter, terrenos de tragedia y atrocidad los propalestinos y los proisraelíes españoles. Lo hacen con un mercadeo insaciable de fotografías y vídeos de asesinatos en el secarral y heridos grises que corren entre los escombros. La procedencia de cada pieza, dudosa. Como si la barbarie no diera suficiente material para quienes necesitan demostrar que su visión de un conflicto lejano es moralmente superior, aquí todos usufructúan e inventan.

Europa advierte a Musk de que tiene que hacer algo con esto, pero los medios confiables tienen el mismo problema que X: van demasiado rápido, tragan bulos, o son demasiado timoratos con las verdades incómodas a su línea editorial. Entre tanto, la herramienta de verificación más famosa de España elude llamar a Hamás “grupo terrorista” en un titular.

El ciudadano que quiere información cierta sobre la marcha de la represalia está en un serio aprieto, pero también los periodistas honestos que intentan no mentir, es decir, no transmitir al público las mentiras que les ofrecen las partes del conflicto. Incluso los que están estos días en Israel y Gaza han de hacer un exorcismo al día contra los bulos que se les meten en el cuerpo.

Buscando un rato de verdad seca, escribí la otra noche en el buscador de Youtube las palabras “webcam en directo desde Gaza”. Esto fue antes del corte de suministro eléctrico a la Franja, porque bajo la silueta de los edificios de bloques de la ciudad sitiada y adormecida todavía se veían ventanas encendidas y otras apagadas. Pensé entonces que, con una webcam similar puesta en Barcelona, la ventana de mi despacho se vería encendida mientras que la de la habitación de mi hijo pequeño se vería apagada. Y frente a la imagen parpadeante de las ventanas de Gaza, el golpe más crudo de la verdad me dio en la cara, mientras la gente de los comentarios decía aburrirse. Pocas explosiones.

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