La Hoguera

Sensacionalismo

Desconfío de quien finge ser muy crítico con los medios siempre que sean de la competencia o de la ideología contraria

Tragedia en un incendio de una discoteca en Murcia

Tragedia en un incendio de una discoteca en Murcia

Juan Soto Ivars

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El otro día fui trending topic y por primera vez quise que mi madre lo viera. Inaudito: ¡hablaban bien de mí! Fue por un momento que se hizo viral en Espejo Público en que manifesté mi incomodidad con el enfoque que estábamos dándole allí a la tragedia de Murcia.

Hice la crítica donde considero que debía hacerla, es decir, dentro, y fuera sólo puedo hablar de la profesionalidad del equipo, de lo difícil que me parece ese trabajo, del talento y la cintura de Susanna Griso y de la libertad de expresión que allí se respira, prueba de la cual es que siguen invitándome. En el programa, claro, hay otras cosas que no me gustan. También hay cosas que no me gustan en este periódico y solo lo diría aquí, en este espacio.

Desconfío de quien finge ser muy crítico con los medios siempre que sean de la competencia o de la ideología contraria. El estilo "perro come perro (pero del vecino)" que se está poniendo tan de moda entre presuntos salvadores de la profesión. Hay que ver la de deontología que se respira siempre de puertas para adentro...

El caso es que, en esa intervención tan aplaudida, me faltó decir otra cosa, y como no afecta al programa sino a quien ve la tele, sí me permito dejarla escrita aquí. Había algo embarazoso en el aplauso y es que la audiencia sistemáticamente premia lo que yo criticaba.

Un dato: al día siguiente, martes, Espejo Público aflojó la intensidad emotivista sobre la noticia de la catástrofe de Murcia, echó más peso al plano informativo (causas del incendio, responsabilidad empresarial, etc) que al de los lloros y los corazones rotos, mientras la competencia se lanzaba de cabeza al morbo de caras compungidas y casquería emocional con una cobertura al detalle de cada lágrima. Bien, ¿dónde creéis que se fue ese espectador que me aplaude porque dice estar harto de amarillismo? Habéis acertado. Antena 3 perdió varios puntos frente a sus rivales.

La tele es un negocio histérico y ultracompetitivo: os aseguro que sería menos morbosa si la audiencia castigara las explosiones sensacionalistas, y pasa justo lo contrario. Entre la gente que dice que hay que volver a las entrevistas pausadas de A Fondo y los debates sosegados de La Clave, una parte supongo que lo expresa sinceramente pero no daría ni para la audiencia de una tele comarcal. Si queréis que la tele cambie, tenéis el mando a distancia entre los cojines del sofá. Su poder es devastador.

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