Guerra en Oriente Próximo

Los enemigos

Por la misma razón que consideramos terroristas a estas milicias bárbaras palestinas, el gobierno de Israel no puede tener mano libre para masacrar a una población que no es responsable del ataque y menos aún cuando vive sometida y sin esperanza, en buena parte debido a la falta de propuestas políticas de ese mismo estado, Israel.

Protesta en apoyo del pueblo palestino en Estambul durante el conflicto entre Israel y Gaza

Protesta en apoyo del pueblo palestino en Estambul durante el conflicto entre Israel y Gaza / Yasin Akgul

Rafael Vilasanjuan

Rafael Vilasanjuan

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Cuando hablamos de Palestina solo nos llegan imágenes del horror. No hay palabras, no hay negociación, solo instantáneas de guerra. Es así desde hace décadas. ¿Acaso nos preguntamos por el sufrimiento palestino cuando no hay violencia? La franja de Gaza es el mayor campo de concentración a cielo abierto del mundo. Las condiciones en las que viven más de dos millones de personas hacinadas en este pequeño trozo de territorio son insoportables. Es así desde hace medio siglo. No tienen espacio para cultivar alimentos o pastar ganado y los recursos básicos para funcionar como el agua o la energía, vienen de fuera, principalmente de Israel, Jordania y Egipto. No se puede olvidar esta situación cuando analizamos ahora una nueva etapa de terror. Y, sin embargo, cuando planteamos el conflicto en término de aliados y adversarios, no podemos equivocarnos. Hamás y sus milicias que controlan la franja y que han utilizado el terrorismo y la violencia masacrando a jóvenes, niños, mujeres y mayores está incomparablemente más lejos de nuestra idea democrática de occidente que Israel, un país con quien compartimos buena parte de nuestros valores ¿Quién es el enemigo? Si el ataque de Hamás se ha producido porque Israel intentaba establecer relaciones con el mundo árabe, las razones para ponerse del lado del estado hebreo son aún más claras. La estabilidad en Oriente Medio solo llegará a través del diálogo y el reconocimiento entre rivales

¿Enemigos? No hay duda de que Hamás e Irán, -su principal aliado-, encabezan la lista. Pero a partir de aquí empieza la confusión. Israel tiene todo el derecho del mundo a defenderse. Para frenar la amenaza de Hamás y Hezbollah debe tener un plan. Pero no puede ser este. Un estado de profundos valores democráticos, no puede cometer crímenes y considerar que toda la población confinada en una franja en la que no hay ni salida ni mínimas condiciones de vida digna, son terroristas. Si lo hace es un crimen de guerra y nuestra actitud debe ser denunciar esta venganza. Sería fácil comparar y buscar similitudes entre la vida en la franja de Gaza y en los guetos en los que el régimen nazi confinó a los judíos antes de masacrarlos. Sin caer en el error, por la misma razón que consideramos terroristas a estas milicias bárbaras palestinas, el gobierno de Israel no puede tener mano libre para masacrar a una población que no es responsable del ataque y menos aún cuando vive sometida y sin esperanza, en buena parte debido a la falta de propuestas políticas de ese mismo estado, Israel. Han tenido tiempo antes de que Hamás encendiera de nuevo la mecha de la guerra, pero no han hecho nada y la falta de un proyecto de paz es una responsabilidad compartida. La invasión de los tanques israelís con masacres indiscriminadas puede acabar incendiando todo el mundo árabe, la única posibilidad de estabilizar un estado judío en la región. Pero además puede convertir a Israel en enemigo entre la opinión pública en occidente que sabe que incluso en la guerra, no todo vale. 

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