¿Cuándo será la próxima pandemia?

Que sufrimos pandemias, no es extraordinario. Hace 46 años sufríamos la gripe rusa, que supuso unas 700.000 muertes en todo el mundo. Ya no lo recordamos. Posteriormente SIDA, gripe aviar, la gripe porcina en 2008, el MERS, la Zika... Muchas de estas, ocasionadas por virus prácticamente desconocidos.

Los brotes epidémicos se están incrementando de forma exponencial. Entre 1980 y 2020 se han multiplicado casi por 6. Tres de cada cuatro nuevas enfermedades descritas en humanos y casi todas las pandemias son zoonóticas, es decir, son infecciones que pasan de los animales a los seres humanos. El mismo covid-19 también lo es, como también lo son el sida, el dengue o la malaria.

Y la pregunta no es si puede haber otra pandemia, sino ¿cuando será? Las predicciones estadísticas nos dicen que en los próximos años la probabilidad de vivir una nueva pandemia de alta gravedad puede llegar a ser de un 80%.

¿Qué está pasando? Para que se produzca una pandemia hacen falta varias condiciones: la existencia de un virus, por ejemplo; un entorno ambiental propicio por su reproducción; una población receptora susceptible y la ocasión de contacto y penetración entre el microorganismo y esta población susceptible.

Los virus existen y aparecen nuevos constantemente, generalmente ligados a alguna especie animal más o menos exótica. La población susceptible también la tenemos: somos todos nosotros, que no hemos tenido ningún contacto con aquel microbio nuevo y no hemos sido vacunados contra de él.

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El cambio climático genera el entorno ambiental propicio. La deforestación, los cambios de usos de la tierra, la aproximación de las especies exóticas a los humanos al ser expulsadas de sus hábitats habituales, o la intrusión turística en ambientes exóticos y el tráfico de animales hacen que sea más fácil el paso del virus desde el animal al ser humano.

También el cambio climático hace que se desarrollen temperaturas más altas, humedades, etc, que faciliten la supervivencia y reproducción de aquellos vectores portadores del virus, antes inexistentes en latitudes como la nuestra. El asentamiento del mosquito tigre en Catalunya que en 17 años invadido prácticamente todo el territorio catalán. Y este bicho puede transmitir dengue, zika, chikungunya...

La globalización facilita que estos vectores infectados viajen hasta nuestras tierras o que personas infectadas en territorios exóticos viajen a nuestra casa facilitando la transmisión directa, persona a persona, de la enfermedad, o que estos vectores originarios de lejos y ahora residentes en nuestro entorno piquen al enfermo infectado y lo transmitan a otra persona local, sana y susceptible.

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El cambio climático es difícilmente reversible. Igualmente que es difícilmente evitable las actuaciones antropogénicas lesivas hacia el territorio. La globalización es un hecho. Tendremos más pandemias. ¿Y estamos preparados? ¿Nos ha servido de algo la reciente y dolorosa experiencia del covid-19?

Elhadj As Sy, del organismo conjunto de la OMS y el Banco Mundial para la respuesta a emergencias, opina que “hay pocas pruebas de que estemos aprendiendo las lecciones adecuadas de la pandemia” y que “volvemos a pasar del pánico a la apatía y la negligencia”.

Muchas han sido las recomendaciones de grupos de expertos. Lo podemos resumir en una mejora de la vigilancia epidemiológica para poder dar la alarma de manera precoz; tener un cuerpo de profesionales suficientes y muy formados; disponer de suficientes laboratorios muy equipados; tener reservas estratégicas de material, especialmente equipos de protección individuales y similares; lograr fondos financieros para responder a la nueva pandemia y, sobre todo, coordinaciones y liderazgos internacionales y locales fuertes; reforzar los servicios de salud pública y de atención primaria y dedicar fondos suficientes en la investigación. Y todo esto desde una perspectiva que tenga en cuenta la salud ambiental, salud animal y salud humana.

Tendremos más pandemias e, incluso, alguna más grave que la actual. No se cómo lo podríamos explicar si sabiéndolo volvemos a fallar.