La amnistía

Una sugerencia a Pedro Sánchez

El pobre presidente del Gobierno necesitaba solucionar el problema catalán, pero antes debía convencernos de que lo teníamos. De ahí que aluda al problema catalán cada vez que tiene un micro delante

Sánchez revela que la negociación con Puigdemont por la amnistía es "compleja"

Pedro Sánchez

Pedro Sánchez / ÁLEX ZEA / EUROPA PRES

Albert Soler

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Pedro Sánchez insiste en solucionar el problema catalán, no hay comparecencia en la que no aluda al problema catalán, el problema catalán es su única preocupación y a mí, que soy catalán y vivo en Catalunya, me gustaría saber cuál es el problema catalán. Tal vez, como me pilla de cerca, soy incapaz de verlo, y en cambio Sánchez, desde su atalaya de la Moncloa, vislumbra perfectamente el problema que nos atenaza a mis paisanos y a mí. Cosas de la perspectiva, no puede uno maravillarse con la torre Eiffel si pega la nariz a una de sus pilastras. En realidad, los catalanes tenemos dos problemas: el problema en sí y el problema de ignorar que tenemos un problema. Suerte que Pedro Sánchez vela por nosotros.

Es de agradecer que todo un presidente del Gobierno, con la de cosas que el hombre debe tener en la cabeza, se preocupe tanto por un problema que los catalanes, pobres de nosotros, padecemos sin saberlo. De no ser por Pedro Sánchez, viviríamos la vida tan panchos como la llevamos viviendo los últimos años, sin saber que estamos inmersos en un problema. Y no en cualquier problema, sino en el problema catalán, un problema con apellido y todo, que deben de ser los peores. ¿Cabe mayor infortunio que vivir sin preocupaciones? Necesitábamos que Pedro Sánchez nos abriera los ojos, nos mostrara que nuestro estado habitual ha de ser el desasosiego y la inquietud, no la alegría como hasta ahora. Él sabe mucho mejor que nosotros que lo nuestro ni es vida ni es nada, que desde que nos levantamos hasta que nos acostamos, nuestro día a día es un puro problema, aun sin estar enterados. Problema catalán, además, no sé si lo he comentado. Es normal que los catalanes no sepamos nada de nuestro problema y Sánchez sí, por algo él tiene acceso a los servicios secretos, que le habrán informado de que no podemos seguir así.

-Presidente, nuestros espías han detectado que los catalanes viven con las mismas preocupaciones que el resto de españoles e incluso, si nos apura, viven bastante mejor. Ahí no ocurre nada.

-Pobre gente, qué existencia tan miserable, esa de desconocer que tienen problemas. Aquí estoy yo para poner remedio con una amnistía.

El pobre presidente del Gobierno necesitaba solucionar el problema catalán, pero antes debía convencernos de que lo teníamos. No era fácil la cosa, de ahí que aluda al problema catalán cada vez que tiene un micro delante, a ver si de una vez nos enteramos de lo desgraciados que somos y dejamos de vivir como si no existiera el dichoso problema. Qué sabremos nosotros, que nos dedicamos a trabajar, a disfrutar de la familia y los amigos, a ir al cine o al teatro, a ver fútbol, a pasear, a beber y comer, y a yacer en compañía si hay suerte, como si fuéramos gente sin problemas.

Pedro Sánchez podría optar por dejarnos en paz, que aquí estamos tan ricamente, pero claro, sin problema no hay amnistía. Y sin amnistía, no sigue de presidente. Continuar en la Moncloa es una aspiración bien humana, quien cata el poder no lo suelta por las buenas, yo comprendo a Sánchez, y por eso me permito sugerirle una solución de compromiso: dígalo claramente, hombre, díganos “voy a conceder la amnistía para que el Vivales esté contento y me permita seguir en el poder” y todos lo vamos a comprender, que más triste es de robar. A cambio, solo le pido no utilice a los catalanes de excusa inventando un problema, haga el favor.

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