Sequía, esto va en serio

Ni en las mejores películas de catástrofes podría haberse ideado el guion de la paradójica situación que se vive estos días en Catalunya: episodios de nieve bucólica junto al mar el mismo día que la Generalitat aprobó nuevas restricciones a ciertos consumos de agua por la sequía que pone en riesgo el abastecimiento a finales del presente año. Lo adelantraron Júlia Regué y Guillem Costa. Tendremos que acostumbranos a vivir con estas paradojas derivadas del cambio climático y su impacto en la metereología. Los asistentes al Mobile Wolrd Congress no deben dar crédito a lo que ven sus ojos.

Estamos ante un episodio más que nos empuja a tomarnos este asunto mucho más en serio de lo que lo hacemos habitualmente. Pasamos, compulsivamente, de episodios de histeria colectiva en las grandes sequías del verano o en las danas del otoño a largos letargos en los que nos movemos entre la indiferencia y el greenwashing, el postureo ecológico que aún es peor que la inacción. La conciencia medioambiental, que poco tiene que ver con el activismo ecologista de antaño, tiene que abrirse paso en el mainstream empresarial, político y social hasta convertirse en algo imprescindible en cualquier actividad humana. Y eso nada tiene que ver con los que quieren acabar con la economía de mercado a la que llaman capitalismo en nombre de la salvación del planeta. Precisamente lo contrario, el capitalismo solo tiene futuro si integra esta mentalidad inclusiva, tanto de las personas como del planeta. Una vez más comprobamos que la tríada que forman con el progreso son el epicentro de la conversación del siglo XXI. A ella nos dedicamos con todas nuestras fuerzas desde EL PERIODICO y conectamos con todos aquellos que tienen las mismas inquietudes hasta vincularnos con ellos. intentar consumir menos, como nos piden las autoridades, es solo una de las cosas que podemos y debemos hacer. Empujar la descarbonización, aceptar medidas disruptivas como el uso del agua regenerada o pensar de una manera más circular todo lo que hacemos, es el camino que ayuda a que esta paradoja de anunciar una sequía mientras nieva sea algo que nos debemos tomar muy en serio.