Artículo de Jordi Mercader

Aviso para navegantes de censuras apresuradas

Una moción del PSC tendría el efecto de llamada del somatén independentista; los grupos soberanistas aparcarían las críticas despiadadas que se dedican y acudirían en socorro de ERC

Barcelona 5/10/2022 Política Sesión de control en el Parlament con preguntas al President Pere Aragonès En la foto, Pere Aragonès, Laura Vilagrà y Albert Batet de Junts .

Barcelona 5/10/2022 Política Sesión de control en el Parlament con preguntas al President Pere Aragonès En la foto, Pere Aragonès, Laura Vilagrà y Albert Batet de Junts . / FERRAN NADEU

Jordi Mercader

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El apoyo de Junts y la CUP al 'conseller' de Interior, Joan Ignasi Elena, a pesar del sospechoso nombramiento del comisario de cabecera de Oriol Junqueras como jefe de los Mossos es un aviso para aquellos navegantes que creen que la minoritaria situación del presidente Aragonès exige la presentación de una moción de censura. De tener dudas Salvador Illa sobre la conveniencia de dar este paso se le habrán disipado 'ipso facto'. Una moción del PSC tendría el efecto de llamada del somatén independentista; los grupos soberanistas aparcarían las críticas despiadadas que se dedican y acudirían en socorro de ERC, aunque solo fuera para teatralizar una reconciliación por unos minutos.

La aritmética dice que una moción de censura del PSC requeriría del apoyo de Junts y cuesta ver en qué beneficia al partido de Turull y Borràs que Illa pudiera acceder a la presidencia por la vía rápida. La mayoría de dirigentes de Junts aborrecen a Pere Aragonès y a ERC por timoratos, y, probablemente, por un momento podrían considerar la oportunidad de devolver el golpe a los republicanos, pero al poco se harían a la idea de que esta venganza podría ser el punto de no retorno para la maltrecha unidad de la causa.

En el Parlament no existe una mayoría caleidoscópica como la del Congreso que un día fue propicia para Pedro Sánchez. Aquí hay una línea roja que mantiene a cada grupo en su trinchera y no parece que una censura sea la mejor fórmula para superarla por sorpresa. El líder del PSC ha repetido que no tiene prisa y que una victoria electoral contundente por su parte debe ser el primer paso para resucitar la transversalidad, o sea, la cooperación con los republicanos. Además, por su experiencia ministerial, no dejará de mirar de reojo los intereses del PSOE, siempre pendientes de un hilo por la volátil argumentación de ERC en Madrid. La esperanza de los prudentes es que el gobierno de Aragonès caiga solo, por inanición legislativa y presupuestaria, y por respeto al país y sus prioridades.

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