Nueva etapa en la Generalitat

Junts culpa a Aragonès de haberse "quedado solo" en el Govern y le afea que pretenda continuar su mandato

El PSC acusa al 'president' de ingenuo por buscar el apoyo de sus exsocios y avisa de que aprobar los presupuestos pasa por el voto socialista

Albert Batet, en el pleno del Parlament de este martes.

Albert Batet, en el pleno del Parlament de este martes. / FERRAN NADEU

Sara González

Sara González

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Evidenciar que Pere Aragonès está solo, que la geometría variable con la que aspira a continuar la legislatura ni existe ni existirá y que, por lo tanto, su mandato no tiene sentido. Este es el tridente argumental con el que Junts se ha estrenado como segundo partido de la oposición. Ha dejado claro que no dará tregua al 'president', al que ha responsabilizado de la ruptura de la coalición y exigido que explique con quién piensa contar a partir de ahora el Govern "más débil" de las últimas décadas. Con ellos, han venido a decir, no será. Ni para los presupuestos ni para dar cuerda a una legislatura con un Govern que, han denunciado, ya no tiene como objetivo "culminar el 'procés'" y solo le queda lanzarse a los brazos del PSC y de los 'comuns'.

"Usted está solo. Ha escogido estar solo. La decisión es exclusivamente suya", ha sentenciado el presidente parlamentario de Junts, Albert Batet, el mismo que lanzó por sorpresa en el debate de política general la cuestión de confianza que provocó la implosión definitiva del Executiu. En lugar de considerar que la ruptura fue escogida por los militantes de su formación en una consulta ha defendido que fue provocada por los "incumplimientos" de Aragonès. "Tenía otras opciones, como cumplir con los acuerdos de la investidura, pero dimitió de esa responsabilidad. El máximo responsable de que una coalición se rompa es su presidente", ha añadido Batet, que ha concluido que su investidura "ya no tiene sentido".

Un sentido que no vincula solamente a la inferioridad numérica, sino también a la filosofía y el rumbo del Executiu. A juzgar por la composición del nuevo Govern, con 'consellers' como Quim Nadal, Carles Campuzano y Gemma Ubasart, que provienen del PSC, de Convergència y de Podem, Junts concluye que el objetivo de la independencia ha caído de la lista de prioridades de ERC. Es ese el principal motivo por el que Batet ha justificado que su partido haya hecho las maletas para situarse de nuevo en una oposición que hacía una docena de años que no conocía.

Que la situación de debilidad del Govern es culpa del 'president' es una línea argumental que Junts comparte con el PSC, con quien los posconvergentes han empezado ya a competir para ser la principal voz de la oposición. Pero a Salvador Illa no le inquieta esa vocación de los posconvergentes y ha subido al atril con el objetivo perenne de apuntalar el perfil que ha mantenido hasta ahora: crítica dura y, al mismo tiempo, exhibir que su mano tendida para los presupuestos sigue ahí a pesar de todo porque la suya es la oposición "responsable", la de la alternativa.

El líder de los socialistas, que acusa a ERC de tener "desordenada" la gobernabilidad, no ha escondido enojo por el rechazo continuo que recibe del 'president', que hoy lo ha vuelto a excluir de la aritmética de pactos. "Gané las elecciones, tengo más apoyo que usted en esta Cámara y me he ofrecido a negociar. Basta de excusas", ha dejado caer en un tono inusualmente crispado. Illa ha acusado de "ingenuo" a Aragonès por creer aún que puede reeditar la alianza con Junts para aprobar los presupuestos diez días después del divorcio y le ha venido a decir que si no los aprueba es porque no quiere, porque se niega a aceptar que existe una mayoría que pasa por los socialistas y los 'comuns'. "Si no quiere convocar elecciones ni bloquear el país, siéntese y hable", ha zanjado. Como aperitivo de la sesión de control posterior, ya ha avanzado que el siguiente asalto vendrá a tenor de la destitución del comisario jefe de los Mossos.

La mayoría "progresista"

Las palabras de Illa han encendido rápidamente el piloto rojo en el grupo de Jéssica Albiach. "Señor Illa, tiene 33 diputados. Con los de ERC suman 66. No tienen mayoría para aprobar los presupuestos", le ha espetado la dirigente, que con vocación de dejar claro que su grupo no es ni socio preferente ni estable, ha pedido que nadie hable en boca suya. La líder parlamentaria de los 'comuns' ha considerado que el de este miércoles es un nuevo debate de investidura para Aragonès, quien tiene el reto de convencer de por qué en estos momentos no hay que ir a unas elecciones y la mejor opción es que el Govern continúe. Sin apoyos estables, que Albiach sitúa en la mayoría "progresista" que suman el PSC y los 'comuns', le ha advertido que no será posible. La dicotomía, ha esbozado, es si el 'president' quiere ser el primero de nuevos gobiernos emancipados de Junts o bien fracasar por no soltar amarras con sus exsocios.

En la línea dura y desde el antagonismo ideológico se han situado también el resto de grupos de la oposición. La CUP para hurgar en la cuestión de confianza a la que considera que debería haberse sometido Aragonès y partidos como Ciutadans y el PP para lamentar que ni se convoquen elecciones ni el PSC esté dispuesto a presentar una moción de censura. En todo caso, los anticapitalistas no se han cerrado a explorar ententes en cuestiones concretas en materia social. "¿Nos podemos entender en alguna cosa o no? Hagan un giro de 180 grados", ha pedido la CUP.

Suscríbete para seguir leyendo