Clasismo y soberbia a partes iguales

Finalizado el verano, el otoño llega con la propuesta de los Presupuestos Generales del Estado. Y podemos decir, con los números en la mano, que por tercer año consecutivo nos encontramos con las cuentas más sociales de la Historia de nuestro país. Más de 266.719 millones de euros se invertirán en políticas sociales en 2023 frente a los 196.911 millones que invertía el Partido Popular en 2018.

No es casual. Frente al modelo neoliberal, el socialdemócrata. Desde el primer momento el presidente de España ha tenido claro que, ante las adversidades, los desafíos y la incertidumbre, la única respuesta posible y factible era el fortalecimiento del Estado del Bienestar para favorecer a la mayoría social. 

Y a la mayoría social se la favorece defendiendo sus derechos, independientemente de sus ingresos. Por eso es imprescindible que los que más tienen aporten más. Porque solo así se lucha contra la pobreza y la exclusión. Porque solo así se lucha contra las múltiples brechas que dificultan la igualdad de oportunidades: la intergeneracional, la social, la de género y la territorial. 

Desgraciadamente la extrema derecha y la derecha extrema de nuestro país disfrutan con el enfrentamiento. Lo vimos en 2006, cuando el Partido Popular recogía firmas contra el Estatut de Catalunya; lo hemos visto en los últimos meses cuando niegan la violencia de género (como si no fueran reales las 1.164 mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas desde 2003) o cuando promueven campañas xenófobas al más puro estilo trumpista, basadas en prejuicios y rumorología falsas; y lo estamos viendo estos días cuando cuestionan el incremento de las pensiones, tratando de enfrentar a jóvenes y mayores por los recursos. Como si se tuviera que escoger entre la dignidad entre pensionistas y asalariados.

Como si el problema no estuviera en la indignidad de algunos sueldos. Y frente a esa indignidad, nuevamente dos modelos. El que promueve odio y enfrentamiento entre generaciones a base de 'fake news' patrocinadas por el neoliberalismo económico y político; y el modelo que impulsa el incremento del Salario Mínimo Interprofesional y la reforma laboral. Una reforma que da estabilidad a la clase trabajadora. Una reforma que el Partido Popular ha recurrido al Tribunal Constitucional. Porque la derecha miente cuando dice importarle la clase media y trabajadora. Miente cuando dice que las pensiones dignas de los y las mayores supone la precarización de los y las jóvenes; como miente VOX cuando califica a las pensiones de estafa piramidal.

Por eso, frente al modelo neoliberal que propone recortar las pensiones y precarizar a los jóvenes, el modelo socialdemócrata de Pedro Sánchez, que revaloriza las pensiones de más de 10 millones de personas a la par que promueve la mayor inversión en políticas para jóvenes de la Historia de nuestro país. Porque mientras el actual Gobierno de España se caracteriza por preocuparse por las necesidades de la ciudadanía en general y de los que menos tienen en particular, a la derecha española solo se la conoce y reconoce por su soberbia y clasismo a partes iguales.