Pros y contras | Artículo de Josep Maria Fonalleras

La última y contemplativa temporada de 'Peaky Blinders'

Tommy Shelby transita del afán trágico de 'Macbeth' a la duda existencial de 'Hamlet'

Imagen de la serie 'Peaky Blinders'

Imagen de la serie 'Peaky Blinders' / NETFLIX

Josep Maria Fonalleras

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Los mafiosos violentos de Birmingham, los Peaky Blinders, han llegado a su fin (al menos por ahora, a la espera de una película que cerrará el ciclo) en la sexta temporada de una de las ficciones televisivas más despampanantes de todos los tiempos. Estos gitanos que nacieron en una barcaza del puerto y que, poco a poco, sin olvidar los orígenes y los arrebatos de una furia rabiosa y vehemente, han escalado hasta los salones de la alta política, protagonizan una historia terrible, nihilista, con unos inequívocos aires shakespearianos porque retrata no solo el rigor de la guerra y la salpicadura moral de la sangre, sino que penetra en el interior de unos personajes sin límites y a la vez conscientes de la inquietud que les provoca una fuga hacia adelante, cada más cerca de la muerte.

Como dice el analista Jofre Font, la última entrega nos muestra “una puesta en escena contemplativa”, de tal modo que Tommy Shelby transita del afán trágico de 'Macbeth' a la duda existencial de 'Hamlet', después de sufrir indecibles dramas personales, entre la brujería y la venganza, en un paseo terrible hacia los confines de la nada, ensimismado en su mundo, habitando en un universo que se va diluyendo hasta la desaparición.

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