La nota | Artículo de Joan Tapia

Letargia en Argelers

En el congreso de Junts ha habido poca participación de la militancia y los dirigentes radicales, próximos a Laura Borràs, han quedado 'tocados'

Laura Borràs y Jordi Turull

Laura Borràs y Jordi Turull / EFE / QUIQUE GARCÍA

Joan Tapia

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Este fin de semana se ha celebrado en Argelers la primera parte del congreso de Junts, la formación creada por el 'president' Puigdemont y el tercer partido en las últimas elecciones catalanas.

¿Qué es Junts? Primero, un partido liderado por Puigdemont, un independentista que fue alcalde de Girona con CDC. Algunos lo definen como el partido independentista más entusiasta de la confrontación con España. Vale, pero también es el partido refugio de muchos catalanistas (no solo nacionalistas) indignados por la sentencia sobre el Estatut de 2006 y los hechos posteriores que -según ellos- indican que España humilla siempre a Catalunya. Y aún hay otra realidad. Es el partido de muchos 'pujolistas' que -sin Pujol y Mas- se quedaron sin brújula y no quieren seguir -por causas variadas y distintas- la ruta que marca ERC.

La estrategia política de Junts -sobre la que Fidel Masreal informa hoy detenidamente- se aprobará en julio en la segunda parte del congreso, ¿pero cuál ha sido ya el mensaje de Argelers? Había que relevar por su propia voluntad -nadie lo pedía- al histórico presidente y fundador. También al secretario general, Jordi Sànchez, que tras negociar con ERC el actual Govern, no ha logrado cohesionar al partido. Había pues que rehacer la unidad con un pacto entre Laura Borràs, exponente de la línea más radical, y Jordi Turull, también radical, pero algo menos (y proveniente de CDC).

¿Qué ha pasado? Primero, que el partido más entusiasta de la confrontación ha perdido entusiasmo. O, al menos, adrenalina. Solo así se entiende que de los 6.000 militantes solo un 37% participara en las votaciones pese a que podían hacerlo telemáticamente y durante 24 horas. Y la nueva presidenta, Laura Borràs y el nuevo secretario general, Jordi Turull, solo recibieron el voto del 29% y el 30% de las bases. Conclusión: escaso interés por el relevo de Puigdemont que -como demostró en su homilía- sigue considerándose el líder, pero ha querido excedencia en las tareas más farragosas del día a día. Puigdemont cree, según explica Antoni Bassas, que el independentismo sufre cierta letargia que solo él podrá combatir desde el exilio. Y las bases de Junts han confirmado la modorra.

La segunda conclusión es que los dirigentes más radicales han perdido fuelle. En las primarias anteriores a las autonómicas Laura Borràs barrió a Damià Calvet. Ahora el también exconvergente Jordi Turull, preso político indultado, ha ganado a Laura Borràs (1.854 a 1.776 votos). La diferencia no es sustancial y puede haber sido fruto de alguna pequeña maniobra. Pero sí es relevante que el 'laurista' David Torrents, que debía ser el poderoso secretario de Organización, no lograra el mínimo de votos requerido. Y que mientras dirigentes próximos a Borràs como Aurora Madaula, candidata a una vicepresidencia, se tuviera que conformar con 919 votos (está sulfurada en las redes sociales), otra vicepresidenta, Anna Erra, y Jaume Giró ('conseller' de Economia) lograran 1.791 y 1.648, respectivamente.

La conclusión es que el grueso de militantes mostró cierta letargia y que los más radicales salieron “tocados”. Algunos de estos dicen que porque son los únicos verdaderos independentistas, lo que muestra que la división sigue viva. Pero Turull afirma que la única alternativa es: independencia… o independencia. Lo dice y lo seguirá diciendo. 

¿Salir del Govern de Aragonès? Quizás hablen y discutan mucho, pero se quedarán. Junts necesita aguantar en las municipales de mayo de 2023. Y estar en el Govern ayuda.

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