Resaca del cónclave
La baja participación en el congreso abre un primer conflicto en la nueva cúpula de Junts
El que debía ser secretario de Organización y otra candidata a la ejecutiva quedan fuera por falta de apoyos, según el reglamento
Borràs fue menos votada que Turull y algunos fieles a la presidenta también recibieron un apoyo discreto

Puigdemont acusa a Sánchez de "corrupción" contra Cataluña para ayudar a Illa / David Borrat


Fidel Masreal
Fidel MasrealPeriodista
Licenciado en Ciències de la Comunicació por la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), curso de periodismo jurídico-político por la UAM - El País, ha ejercido como periodista político en Onda Cero, diari Menorca, Ràdio Barcelona (cadena SER) -donde fue jefe de la sección de Política- y Els Matins de TV3. Desde septiembre del 2008 es redactor en El Periódico, primero como cronista parlamentario en Madrid y en la actualidad especializado política catalana. Autor de "Conviure amb la depressió" (Mina, Eniclopèdia Catalana, 2007), "Game Over: els partits polítics, corrupció i vicis del sistema" (La Mansarda, 2013), "Cuentos Ex" (Magma Editorial, 2019) y "Contes del procés" (Magma, 2019). Colabora como analista en TVE, Catalunya Ràdio, SER Catalunya y RAC-1, entre otros.
Resaca del congreso de Junts. Un cónclave que sirvió, sí, para mostrar cohesión interna alrededor de la nueva dirección, pero que deja un primer conflicto: la baja participación no permite entrar en la ejecutiva al que debía ser secretario de Organización, David Torrents, ni tampoco a la diputada Ester Vallès, que formaba parte de la única candidatura propuesta. Aurora Madaula, candidata a vicepresidenta, logra entrar porque se votaba a los cuatro vicepresidentes en global.
Resulta paradójico que un cónclave de reafirmación no lograra que la participación de los 6.000 militantes con derecho a voto superase el 37% en las tres votaciones previstas. Votaciones que, además, se podían hacer durante 24 horas y telemáticamente. Este domingo, la versión de distintas personas de la dirección es que no se puede aceptar a Torrents ni a Vallès porque el reglamento del congreso era claro: se requiere un 50% de apoyos de entre los que ejercieron su derecho a voto para confirmar sus cargos. El caso es todavía más sangrante si se tiene en cuenta que a Torrents solo le votaron un 15% de los 6.000 militantes. Torrents, concejal en Badalona, exmosso d'Esquadra y de perfil independentista muy combativo y crítico con ERC, guarda silencio.
Otra clave de las votaciones, en el contexto de baja participación general, es que la nueva presidenta del partido y presidenta del Parlament, Laura Borràs, que arrasó en las elecciones primarias para ser candidata a la Generalitat, fue menos votada que el nuevo secretario general, Jordi Turull, y también estuvo por debajo de Anna Erra, vicepresidenta. Uno de los más votados fue el 'conseller' de Economía, Jaume Giró. Los principales 'escuderos' de Borràs, Francesc de Dalmases, Jaume Alonso-Cuevillas y, en especial, Aurora Madaula, no lograron una cifra de apoyo significativa. En cambio, Míriam Nogueras, jefa de filas de Junts en el Congreso y también cercana a las tesis de Borràs, obtuvo un nivel de apoyo notable, siempre en el contexto de baja participación.
ERC pide "lealtad"
Los discursos que se pronunciaron en el cónclave de Junts también provocaron reacciones un día después. La portavoz y secretaria general adjunta de ERC, Marta Vilalta, se ha dirigido este domingo a Junts después de que algunos de sus miembros, Carles Puigdemont entre ellos, hicieran alusión a los republicanos durante el cónclave. "No nos equivoquemos de adversarios", ha dicho este domingo en Sant Vicenç de Castellet. Vilalta ha lamentado las críticas a ERC, cuyos miembros son "compañeros de viaje" de Junts, con los que comparten objetivos, y ha pedido "lealtad" a sus dirigentes.
Por su parte, el primer secretario del PSC, Salvador Illa, ha lamentado que Junts "siga instalada en la confrontación permanente", en lugar de apostar por la "colaboración y la lealtad entre instituciones". En Sant Boi, Illa ha evitado replicar al 'expresident' Puigdemont, que el sábado acusó al Gobierno español de "corrupción política, moral y económica" contra Catalunya, para favorecer el relato del PSC, y estalló por el déficit de inversión: "¡Cojones, ya está bien!".
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