Relaciones exteriores

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Cambio radical en el Sáhara

Apoyar la solución autonomista para resolver el conflicto del Sáhara, defendida por Marruecos, se corresponde con el propósito perseguido por Madrid de acabar con las incertidumbres sobre el futuro de Ceuta y de Melilla

España respalda el plan autonomista de Marruecos sobre el Sáhara para superar la crisis diplomática

España respalda el plan autonomista de Marruecos sobre el Sáhara para superar la crisis diplomática

La decisión del Gobierno de España de apoyar la solución autonomista para resolver el conflicto del Sáhara, defendida por Marruecos, se corresponde con el brusco cambio experimentado en las relaciones internacionales, con la necesidad de la OTAN de disipar cualquier amenaza en el flanco sur y con el propósito perseguido por Madrid de acabar con las incertidumbres sobre el futuro de Ceuta y de Melilla y con la reiterada manipulación por Rabat de los flujos migratorios. Es comprensible que la nueva orientación de la política exterior española haya activado la reacción emocional de cuantos, durante décadas, han apoyado las reivindicaciones del Frente Polisario, pero es un hecho que la guerra de Ucrania, la debilidad de Naciones Unidas para hacer efectivo el referéndum de autodeterminación y las incógnitas derivadas de un nuevo multilateralismo obligan a introducir cambios en la 'realpolitik' entre los que el del Sáhara no será el último.

El nuevo rumbo no está exento de riesgos, a la luz del oportunismo tantas veces seguido por Marruecos en su relación con España y lo que es tanto o más importante, al hecho de que Argelia, principal fuente de suministro de gas a España, es la potencia tutelar del exilio saharaui. Pero casi medio siglo después de la Marcha Verde, que liquidó la presencia española en el Sáhara Occidental, era improbable que tan vieja y arraigada crisis no pudiera experimentar algún cambio cuando todo muta a gran velocidad en el escenario internacional.