Elecciones en Francia

¿Macron bis?

Lo más probable es que el presidente sea reelegido en abril y que la extrema derecha sume más votos que todas las candidaturas de la izquierda juntas

Macron Francia

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Joan Tapia

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En España hay fraccionamiento. En la izquierda el PSOE no puede gobernar -como quería- sin Podemos. Y Vox disputa al PP la primacía de la derecha. El relevo de Casado por el pragmático Nuñez Feijóo está relacionado. Y el fraccionamiento también se debe a la plurinacionalidad. La derecha española tiene escasa fuerza en Catalunya y en Euskadi.

Pero el bipartidismo español -en crisis desde 2015- aguanta mejor que en Francia, un país en el que durante muchos años -desde la primera elección presidencial por sufragio universal en 1965- el centro-derecha y el partido socialista se han disputado el poder. Incluso, alguna vez, compartiéndolo contra su voluntad, como cuando al final de su segundo mandato Mitterrand era presidente y Chirac primer ministro.

El bipartidismo francés estalló en el 2017 cuando los republicanos (la derecha) y los socialistas no pasaron a la segunda vuelta de las presidenciales y Macron, con una plataforma de socialistas y liberales pragmáticos, ganó las elecciones a Marine Le Pen.

El próximo 10 de abril, Francia celebrará la primera vuelta de las presidenciales del 2022 y ya se observan fenómenos relevantes. El primero es que en las presidenciales -que marcan la vida política- el bipartidismo -pese a tener muchas alcaldías- ha dejado definitivamente de existir. En efecto, Hidalgo, la alcaldesa de París y candidata socialista, no llega en las encuestas al 3% de los votos. Y la candidata de la derecha de Sarkozy, Valérie Pécresse, elegida en primarias, tiene ahora un 13% de intención de voto.

El segundo es la gran fuerza de la extrema derecha, debido al desgaste de los partidos, pero aún más a la reacción contra la inmigración y el islamismo que -dicen- amenazan con “aniquilar la identidad francesa”. Los dos candidatos de la extrema derecha Marine Le Pen y Eric Zemmour, todavía mas identitario, suman el 31% (con ventaja para Le Pen). Muy notable frente al 25% que suman todas las candidaturas de izquierdas (incluida la socialista). ¿Por qué se hunde tanto la izquierda y sube tanto la extrema derecha? ¿Por el nacionalismo, Francia pesa menos en el mundo y en Europa Alemania cuenta más? ¿Por el rechazo al inmigrante y al islamismo? ¿Por miedo a la globalización, como entre los electores de Trump?

Y el fracaso de la izquierda es todavía mayor si al 31% de la extrema derecha sumamos la derecha moderada de Valérie Pécresse porque entonces -en la Francia de la Revolución- la derecha alcanza el 45%. En España, los que sueñan con un pacto Vox-PP mirarán este porcentaje con arrobo.

Pero el resultado final será menos inquietante y más tranquilizador. Según el promedio de encuestas, habrá derrota de la izquierda porque ninguno de sus candidatos pasará a la segunda vuelta, pero también se verá el fracaso de la derecha. La extrema derecha está dividida en dos, es incapaz de unirse y todavía más de sumar con Pécresse. Así el presidente Macron, con su discurso de centro (“ni de derechas ni de izquierdas”) y un 24-25% del voto en la primera vuelta, ganará en la segunda frente, seguramente, a Marine Le Pen. Como hace cinco años.

Macron será reelegido y así -gracias a Dios- París seguirá siendo una de las dos capitales claves de Europa, aunque con menos fuerza que Berlín. Pero la derecha clásica y el socialismo francés están en coma. El socialismo por inadaptación. Decía que el SPD alemán era pro-mercado. Y la derecha porque buena parte de sus electores son atraídos por un nacionalismo exacerbado. Nada que ver con el del General de Gaulle. 

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