Pros y contras

'Alcarràs', o contar lo que pasa aquí

¿Qué vio Carla Simón en el pueblo? Quizá algo tan sencillo y tan trascendente como lo que observó Giorgio Strehler cuando estrenó 'El huerto de los cerezos': “Todo el mundo es un huerto”

Josep Maria Fonalleras

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Es muy probable que el secreto del éxito de Carla Simón (con 'Alcarràs', ahora, y antes, con 'Estiu 1993') se esconda en el comentario que le hicieron sus tíos cuando les comentó que quería hacer una película sobre el pueblo, sobre los melocotoneros, sobre la vida en el campo, el paso del tiempo y la pérdida de las esperanzas. “¿Qué quieres contar de aquí?”, dijeron. Este "aquí" es clave. Porque "aquí" no pasa nada que sea destacable, que merezca la categoría excelsa de las grandes tragedias. No hay personajes con relevancia simbólica, no hay aventuras desaforadas ni amores dramáticos, no existen argumentos estrambóticos ni conflictos morales de aquellos que nos sirven como espejo. ¿Qué hay, pues? ¿Qué vio Carla Simón? Quizá algo tan sencillo y tan trascendente como lo que observó Giorgio Strehler, el director italiano, cuando estrenó 'El huerto de los cerezos': “Todo el mundo es un huerto”. Aquel “poema escénico sobre el dolor que hay en el cambio”, esa elegía sobre una vida rural que languidece tampoco debía interesar a nadie. Y, sin embargo, resulta que nos interpela a todos. Como estos campos de melocotoneros del Segrià. ¿Qué quieres contar? La vida que pasa. Nosotros, que estamos ahí.

Suscríbete para seguir leyendo

TEMAS