Apunte

Con fondos europeos, antes o después

Pase lo que pase en Alemania con el plan de rescate europeo, el camino en España ya está trazado

Varios magistrados del Tribunal Constitucional de Alemania

Varios magistrados del Tribunal Constitucional de Alemania / periodico

Rosa María Sánchez

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La decisión del Tribunal Constitucional alemán de echar el freno en la convalidación del plan de rescate europeo retrasará, cuando menos, la puesta en marcha del programa de ayudas europeas sobre el que el Gobierno fía la salida de la crisis y el salto modernizador que precisa la economía española. Para la puesta en marcha del plan europeo se necesita la aprobación de los 27 estados miembros.Ya lo han hecho 13 parlamentos nacionales (entre ellos, el de España). Tras el frenazo alemán, ahora ya sabemos que la aprobación plena no se producirá antes de finalizar el segundo trimestre -en el mejor de los casos- y que el primer desembolso de 10.000 millones que España esperaba antes de finalizar junio tendrá que esperar.

Este parón, sin embargo, no debería frustrar los planes de inversión y reforma en España. El Gobierno ya incluyó en los Presupuestos del Estado una partida de 27.000 millones de euros a cuenta de las transferencias esperadas este año de parte de la Comisión Europea. A partir de ahora pueden pasar dos cosas: que la aprobación del plan de rescate se demore o que se frustre definitivamente si el Constitucional alemán veta la ratificación de Berlín.

El primero de los casos solo implica para España un retraso en la recepción de fondos, nada excesivamente grave si el remedio a ello pasa por que el Tesoro tenga que hacer una mayor emisión transitoria de deuda pública a unos tipos de interés que rozan el 0% gracias a la decidida acción, una vez más, del Banco Central Europeo.

Si, como casi nadie se atreve a asegurar aún, el plan de rescate y la emisión conjunta de deuda por parte de la UE quedaran frustrados de forma definitiva, España vería fracasar su acceso a 140.000 millones de euros de los fondos europeos en seis años (70.000 de ellos, en ayudas a fondo perdido, en tres años). Sería una circunstancia gravísima. Pero no tanto como para torcer el rumbo de inversiones y reformas emprendido por el Gobierno con su primera tanda de 27.000 millones. Como ya ha sucedido en el pasado, cuando fallan los estados europeos, siempre queda el BCE. Y el camino está trazado.

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