Política serial

Todavía voy por la primera legislatura

El alarde seriéfilo de Pablo Iglesias me dejó desconcertado. ¿De dónde saca el tiempo?

Pablo Iglesias y Gonzo

Pablo Iglesias y Gonzo / Salvados

Miqui Otero

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Algo eclipsada por el debate sobre el exilio, el 'Salvados' de Pablo Iglesias, articulado con su pasión por las series, escondía otra polémica.

Que Gonzo le hizo una buena entrevista lo demuestra el hecho de que se sigue hablando de ella. Pero durante el programa noté un regusto metálico en el cielo de la boca. Que era el sabor de la perplejidad, con pizca de envidia, lo supe cuando leí un tuit de Jordi Évole: "Con tres hijos y una vicepresidencia… ¿De dónde sacas el tiempo para ver tantas series?" Hay que decir que Iglesias no es el primero: Jon Gnarr, un humorista punk que acabó como alcalde de Reikiavik, llevaba en su programa que no se sentaría a negociar con nadie que no hubiera visto 'The Wire'. Y en 'The Thick of It' lo primero que hacen con un ministro es pasarle un 'kit cultural' con devedés.

Quizas mi paternidad de bebés nuble esta opinión. Últimamente, cuando hablo de series, me refiero a películas, que veo en dosis de 20 minutos. Me sucede incluso con vídeos de Youtube. Soy capaz de dejar a la mitad un gif de tres segundos cuando me rapta el sueño. Quizás por eso, ante los alardes de Iglesias, yo me despeñaba por una cascada de dudas. ¿Cada episodio más es un punto del pacto de gobierno menos? ¿Cada vez que clica en 'Omitir introducción' lo que se omite es una reforma social? Cuando Iglesias empezó a nombrar series danesas, vi en peligro mi jubilación (mi yo abuelo empezó a desaparecer de la foto, como McFly en 'Regreso al futuro', cuando dijo: “esa otra serie francesa de diplomáticos es muy interesante”). Cuando se lanzó a recomendar series a todo el equipo de gobierno, visioné puentes de Calatrava desplomándose, Ertes eternos, borbones en camisa hawaiana fugándose en 'segway 'por Andorra y facturas de la luz por el valor ofertado en 'Una proposición indecente'.   

Habla por mí la envidia de padre que asiste a esas frases cubistas (voy por el segundo de la tercera del 'spin off' de la precuela de la segunda serie que veo hoy) como quien oyera, explicadas en kazajo, las gestas de escalar los 14 ochomiles en un finde. Sé que los políticos merecen entretenerse, pero también sé que preferiría que los de derechas, además de leer el 'Marca' y a Pío Moa, vieran muchas series para que anduvieran algo más despistados.

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