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Los tiempos de Ciudadanos

La formación naranja necesita tiempo para que su giro político resulte creíble y le permita remontar sus perspectivas electorales

Carlos Carrizosa

Carlos Carrizosa / periodico

Ciudadanos ha designado a Carlos Carrizosa como candidato a la presidencia de Catalunya en sustitución de Lorena Roldán. De forma oficial, el cambio ha sido motivado por el interés de la formación naranja de tener un cabeza de cartel dedicado de forma exclusiva a Catalunya para facilitar una «futura coalición constitucionalista». Pero lo inviable que parece ese objetivo lleva más bien a situarla en el campo de las afinidades personales y de la búsqueda de un revulsivo para revertir los malos pronósticos electorales

El partido que ganó las últimas elecciones en Catalunya se encuentra muy alejado del liderazgo en las encuestas de intención de voto. Un desplome que podría llevarle del primer al cuarto lugar. Las condiciones de los últimos comicios -convocados por Mariano Rajoy como una medida del 155 después del amargo otoño del 2017- despertaron una polarización que la formación naranja supo capitalizar. En la convulsa política catalana la situación ha cambiado y ahora es el PSC el que se postula como primer referente de los electores no independentistas.

Roldán no ha conseguido adquirir la relevancia necesaria para fraguar su liderazgo. Su fallida moción de censura de octubre del 2019 no le permitió el lucimiento y fracasó en su estrategia de ataque. La diputada de Cs convirtió el debate en una prematura batalla electoral contra el PSC y, lejos de su objetivo, consiguió reforzar la figura de Torra. Cabe recordar que Roldán fue elegida candidata a la presidencia de la Generalitat por primarias. Pero propuesta por Albert Rivera en un contexto del liderazgo prácticamente unipersonal del partido que ha quedado atrás. Obtuvo el 86% de los votos emitidos, pero con una baja participación -apenas llegó a un 38% de los afiliados- que indica que ganó sin generar entusiasmo. Con todo, resulta muy difícil que los partidos refuercen su imagen entre la ciudadanía si desoyen o desprecian sus propios mecanismos de democracia interna.

Ahora, Carrizosa será el candidato a las próximas elecciones en Catalunya. Aporta el sello de la antigüedad, es de total confianza de Arrimadas y puede servir de puente entre ella y la vieja guardia del partido, no toda en sintonía con la nueva línea política. Tras los bandazos ideológicos, la severa derrota electoral y el abandono de Rivera, Arrimadas ha sabido desmarcarse del frentismo del PP y de Vox. Su apuesta por una oposición leal en tiempos de pandemia le ha permitido marcar un perfil propio. Pero esa apuesta por la moderación no está siendo recompensada en los pronósticos electorales. Quizá por falta de credibilidad o, simplemente, de tiempo. 

Por motivos muy distintos a los que mueven a Carles Puigdemont, es posible que Carrizosa trate de alargar al máximo la actual legislatura. Mientras que los fieles al ‘expresident’ quieren aguantar y forzar otro choque con el Estado si se produce la inhabilitación de Torra, Cs necesita tiempo para recomponerse y consolidar su nuevo discurso. Queda por ver si la apuesta por la moderación de Cs también se desplegará en un Parlament demasiado acostumbrado a la crispación y si Carrizosa acaba siendo capaz de encarnarla.