análisis

Lo que Biden podría sacar de Ortega y Gasset

La tésis del filósofo español es que ¿los loables y altamente benéficos resultados de la democracia y el progreso material han engendrado también un tipo (¡no clase!) nuevo de hombre, que se da en todas las capas de la sociedad

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Alfonso Armada

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Lo más reciente en el sarampión de las noticias es que en el martes siguiente al 'supermartes' Josep Biden afianzó su candidatura en las primarias demócratas para enfrentarse a Donald Trump en noviembre. Biden, que hace apenas quince días parecía inelegible, derrotó al socialdemócrata, al izquierdista Bernie Sanders en cuatro estados, incluido Michigan, donde Sanders partía como favorito después de que hace cuatro años venciera a Hillary Clinton y se convirtiera en el gran insurgente del campo demócrata. Tras reconocer la tenacidad de los jóvenes que siguen amparando a Sanders, negros, hispanos y moderados han cerrado filas en torno al que fuera vicepresidente con Obama como la garantía de que Trump puede ser desalojado de la Casa Blanca tras un único mandato.

En sus fascinantes memorias ('Semillas de gracia', Pre-Textos), el hispanista húngaro Thomas Mermall, autor de una celebrada edición crítica de 'La rebelión de las masas', escribió sobre la cumbre de José Ortega y Gasset: “La tesis del libro es que los loables y altamente benéficos resultados de la democracia y el progreso material han engendrado también un tipo (¡no clase!) nuevo de hombre, que se da en todas las capas de la sociedad y que Ortega llama el hombre masa. He aquí las palabras de Ortega: ‘Lo característico del momento es que el alma vulgar, sabiéndose vulgar, tiene el denuedo de afirmar el derecho de la vulgaridad y lo impone dondequiera’. Efectivamente. Una de esas ‘almas’ incluso ha llegado a la presidencia de nuestro país [se refiere a Bush hijo] (…) hace unos años un miembro del Congreso defendió el derecho a la mediocridad (…) cuyo rasgo más alarmante son los estándares educativos a todos los niveles. Los esfuerzos para enderezar la situación son calificados de elitistas”. Me extraña que no se resalte la visión de Ortega a la hora de analizar el fenómeno Trump (no sé si Biden ha leído a Ortega): su forma tan clarividente de conectar con las masas, de convertir la vulgaridad en autenticidad, una vida sin complejos, en la que cabe enorgullecerse del racismo, la violencia, el machismo, la ignorancia, la zafiedad…

Antropología cultural

Para descifrar su antropología cultural cabría cruzar la visión de Ortega con las elocuentes 'Crónicas de la América profunda' de Joe Bageant. Tras recordar que la mitad de la población oscila “entre la alfabetización mínima y el analfabetismo funcional”, enfatiza la influencia de los escoceses del Ulster en parte del electorado conservador blanco: “tanto los italianos como los alemanes, los polacos y muchos otros grupos étnicos adoptaron los valores y la mentalidad de los escoceses del Ulster como la quintaesencia de lo americano (…) Es una cultura populista y que no excluye a nadie. Por lo general no sienten envidia de la riqueza ajena, y miden a los líderes políticos en función de lo que entienden como su fuerza, evalúan si pelearían por aquello en lo que creen, físicamente si hiciera falta. Aparte, no olvidemos que son cristianos (…) la influencia fronteriza está profundamente arraigada (…)”. Bageant subraya que la América liberal niega la permanente lucha de clases entre los trabajadores blancos y las élites paternalistas vinculadas a los grandes medios de comunicación y las universidades elitistas. Un reto para Biden.