En el metro

Asalto

En nuestras manos está el cuidado de las víctimas o de las posibles víctimas. Los agresores se crecen ante la individualidad

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zentauroepp11489543 bcn190809120935 / Arnau Bach

Emma Riverola

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Agarrada. Sin soltarlo. Su cuerpo, un fardo por el suelo. El video es estremecedor. Un joven ataca a una mujer a la entrada del metro. Trata de robarle el bolso. Pero ella se aferra a él y va por los suelos. Golpes, puñetazos y unas tijeras o una navaja que sobrevuela la escena. La violencia de él resulta angustiante. La resistencia de ella, sorprendente.  La agresión fue el viernes 31. Tal vez la mujer llevaba la paga en el bolso. O algo que no quería, que no podía perder. Quizá una reacción instintiva...

Pienso en ella y en su pánico. En el sobresalto del momento y en el terror que aún debe de sentir. Un miedo contagioso. Basta con ver el vídeo para sentirse un poco más frágil. La localización, detención y condena del delincuente está en manos policiales y judiciales. En las del resto de la población, el cuidado de las víctimas o de las posibles víctimas. Es decir, de todos. Los agresores se crecen ante la individualidad. A veces, basta con no desviar la mirada, con sentir que la vulnerabilidad del desconocido también es la propia. Las especulaciones sobre el agresor no nos protegen, pero sí la solidaridad