Dos miradas

El juego de Ayuso

El desafío de llevarse el MWC a Madrid ha sido zanjado entre bromas. No solo nos hemos acostumbrado al juego amoral de la confrontación, lo hemos interiorizado como normal

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Diaz Ayuso

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Diaz Ayuso / periodico

Emma Riverola

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Zanjado entre bromas, así ha acabado el desafío de Díaz Ayuso de llevarse el MWC a Madrid. Hace una semana, la presidenta de la Comunidad de Madrid se envalentonó. “Iremos a por el Mobile World Congress”, lanzó con ínfulas intimidatorias. Unos segundos le ha bastado al consejero delegado del grupo organizador acabar con la polémica. El Mobile se queda en Barcelona.

Sería de agradecer que los políticos dejaran de juguetear con las cosas de comer, especialmente si solo es para convertirlas en munición de tirachinas. Si hubiera un mínimo de responsabilidad, a Ayuso (y su partido) se le caería la cara de vergüenza por haber lanzado un reto estúpido que, encima, ha sido despachado entre bromas. Pero nada de eso ocurrirá. No solo nos hemos acostumbrado al juego amoral de la confrontación, lo hemos interiorizado como normal. Una bravuconada que en cualquier empresa sería impensable es tomada con terrible frivolidad en la política. Lo cual no deja de ser un sinsentido. Una puede incidir en la cuenta de resultados de una empresa, otra puede marcar el devenir de una ciudad, una autonomía o un país entero. Así nos va.