Peccata minuta

Pomés

Gracias, Leopoldo, por haber retratado lo que veías por la calle y lo que inventabas en tu estudio

zentauroepp48586268 icult190611163836

zentauroepp48586268 icult190611163836 / periodico

Joan Ollé

Joan Ollé

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

A pesar de no haber cruzado con él más que algunos saludos furtivos, hace tiempo que sé que Leopoldo Pomés ha sido una de las personas importantes de mi vida. Lo descubrí al ver que su fotografía “Ventana redonda”, en la que una tigresa nos mira a los ojos desde una corporalidad imposible, picassiana,  mitad atleta en cuclillas a punto del despegue, mitad feroz leona de las Cortes, data de 1959, año en el que servidor de ustedes, a los 4 añitos,  iniciaba sus estudios en el colegio de las monjas franciscanas de la plaza de la Universidad. ¡Qué diferentes eran sor Juana y sor Lorenza de aquella diablesa con una tira del sostén a medio caer! Mientras España se regocijaba en los logros de su pasado, Pomés fotografiaba el futuro, para vivirlo.

No fue un llanero solitario, sino uno más de los miembros de la banda que más tarde decidieron encerrarse 'decameronianamente' en Bocaccio o  Montserrat para librarse de la peste negra que azotaba a toda España a golpes de moño prieto y cilicio bajo palio. Joan de Sagarra bautizó aquel fenómeno de creatividad, nocturnidad, erotismo, alcohol y humor con el afrancesado nombre -todos sus componentes lo eran- de “La Gauche Divine”. Pero, !atención!, todos y todas las modelos, arquitect@s, diseñador@s, empresari@s, intelectuales, periodistas, publicistas, cineastas y cantantes que cerraban Bocaccio con la primera luz del día, a las nueve de la mañana ya estaban en sus respectivos curros dispuestos a seguir lidiando el mañana.

Y el mañana nos ha traído hasta hoy, hasta este 'procés' que probablemente no acabe de funcionar debido a que sus protagonistas comparten, precisamente, una desesperante falta de creatividad, humor y  erotismo a pesar de que Rahola presuma de destrozar camas -!qué miedo!- con su marido.

A raíz de la muerte de Pomés, se ha citado 'ad infinitum' la frase de Vázquez Montalbán con la que agradecía a su camarada fotógrafo, publicista, poeta y gourmet haber erotizado a España. Añado otra que Manolo dedicó a Serrat -otro de la banda- en la que decía que la revolución que provocaron sus primeras canciones no fue política ni cultural -como la de Mao- sino biológica: las chicas que llegaban puntualmente a casa poco antes de que diesen las diez habían descubierto que hacer el amor a media tarde no estaba nada mal.

Gracias, Leopoldo, por haber retratado lo que veías por la calle y lo que inventabas en tu estudio. Para recordarte, me pasaré por el Flash Flash a devorar un pastel de tortillas mientras desde las paredes  Karin nos sigue fotografiando como si no hubiese pasado el tiempo. Y luego, solo con cruzar la calle, entraré al Giardinetto, abrazaré a tu hijo Poldo y nos tomaremos una copa en la planta baja, donde no llega el ruido del piano.