Naturaleza y cultura

Rebrotem

No deberíamos vivir de espaldas a la tierra, ni tratarla como aquel que está de paso. Hablamos de planes integrales sin pensar suficientemente en cómo nos integramos nosotros

La zona quemada por el incendio de la Ribera d'Ebre (Tarragona)

La zona quemada por el incendio de la Ribera d'Ebre (Tarragona). / periodico

Núria Iceta

Núria Iceta

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Diez años del terrible incendio de Horta de Sant Joan y el horror de aquellos días, de aquellas horas, no queda lejos del vivido recientemente en la Ribera d’Ebre. Y si tenemos que hacer caso a los expertos, de otros incendios que vendrán.

Rebrotem es, mientras tanto, una iniciativa popular de recaudación de fondos que se ha puesto en marcha en beneficio de las comarcas afectadas, y en coordinación con las administraciones. No es solo una iniciativa solidaria de emergencia a corto plazo para los afectados, que ya sería meritorio, sino que tiene en cuenta el medio plazo con planes de reforestación para un modelo territorial de bosques y paisaje y el largo plazo con el objetivo de repensar el modelo de vida rural y trabajar por el equilibrio territorial. No los conozco, pero me recuerdan a gente agreste como la 'llicorella', la pizarra, del Priorat, que no pretenden encajar el paisaje en sus vidas como hacemos desde la ciudad, sino sus vidas en el paisaje. No sé si la condescendencia arrogante del norte nos ha permitido verlo.

Mientras acusamos cada día más la presión de las densidades de todo tipo que intentamos encajar en la ciudad, pienso en los bancales, en la pared seca, en los caminos. Me noto sedienta de una vida que no es la de la alta velocidad, sino la de poder vivir de forma consciente. No deberíamos vivir de espaldas a la tierra, ni tratarla como aquel que está de paso. Hablamos de planes integrales sin pensar suficientemente en cómo nos integramos nosotros. Cada uno que piense en ello, y las administraciones que actúen, y adoptemos nosotros estos valores que integran –otra vez el verbo– naturaleza y cultura. Podemos leer a Joan Todó, Marta Rojals, Roger Vilà, Toni Orensanz y tantos otros, o podemos ser los ojos y los oídos de la emoción que transmiten Menut, Xarim Aresté, Lluís Capdevila o Roberto Olivan. Maria Bohigas no lo pudo decir mejor: «La cultura es eso: un claro de cultivo que detiene el fuego. Dejad morir los cultivos y no habrá quien lo pare». Dejémonos interpelar y emocionar por los girasoles, que siempre saben hacia dónde mirar.