La eutanasia, a debate

La libertad del buen morir

Los tiempos están cambiando y llegará el día en que sí habrá una píldora a mano para acabar cuando la vida se vuelva insostenible

Ángel Hernández, con su esposa María José Carrasco.

Ángel Hernández, con su esposa María José Carrasco. / periodico

Olga merino

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Había libros, muchos libros, en la salita donde <strong>Ángel Hernández y su compañera grabaron el vídeo estremecedor</strong> donde ella expresaba su deseo de morir cuanto antes. Llamaba la atención la cantidad de volúmenes no porque la lectura acredite superioridad moral alguna, sino por el espacio de libertad, duda y pensamiento que su ejercicio continuado proporciona. María José Carrasco, con esclerosis múltiple desde hacía 30 años, había tenido mucho tiempo para meditarlo. Durante la grabación, su mirada, suspendida en el vacío, traslucía no tanto dolor físico, si bien la morfina ya no le surtía efecto, como un agotamiento profundo, en el límite de la resistencia. La mirada de la devastación.

Paralizada, con problemas de visión y para deglutir, precisaba de las manos de su marido para todo; para vestirse, para meterse en la cama, para el aseo, para sorber el líquido que le ocasionó el fallecimiento. Es difícil imaginar un acto de compasión y amor tan inmenso como el de Ángel, amor en lo más íntimo, porque su compañera ya descansa, y en lo colectivo: los tiempos están cambiando y llegará el día en que sí habrá una píldora a mano para acabar cuando la vida se vuelva insostenible. María José llevaba diez años esperando plaza en una residencia.

Ya que el drama de esta pareja madrileña ha vuelto a colocar el debate sobre la mesa, conviene recordar las maniobras dilatorias que han venido ejerciendo el PP y Ciudadanos en el Congreso para bloquear una proposición de ley que regulara el derecho a una muerte digna. Aunque los principios religiosos de cada uno son muy respetables, no se sostiene que las convicciones de una minoría ultracatólica mantengan ‘secuestrada’ a toda una sociedad y erosionen la libertad individual, cuando el 80% de los españoles estaría a favor de la aprobación de una eutanasia regulada. ¿Por qué? ¿Acaso no es España un Estado aconfesional? Algún día habrá que revisar también las relaciones Iglesia-Estado. Mientras tanto, la Conferencia Episcopal propone cuidados paliativos y el “consuelo de la compañía”.