Opinión | Análisis

Antonio Bigatá

Periodista

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El Barça tiene trabajo, pero también risa

La afición azulgrana debe estar optimista porque todo lo de Villarreal son lecciones aprovechables

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zentauroepp47610229 barcelona s brazilian midfielder arthur l and barcelona s 190405164206 / AFP / JOSE JORDAN

Ante el partido con el Atlético debemos ser conscientes de que el Barça es favorito. Porque es mejor que el fluctuante equipo del Cholo, pero también precisamente por los apuros y las lecciones de la noche trepidante de Villarreal. No se pueden ganar campeonatos y mucho menos Champions si antes no se han ido desgranando unas cuantas noches de grandes sufrimientos en las que se pongan a prueba las costuras más débiles además de las mejores potencialidades positivas. El PSG falla en Europa porque la Liga francesa no le endurece y entrena suficientemente.

Villarreal fue escenario de lo mejor y de lo peor del Barça. Para empezar, hizo unas necesarias rotaciones acertadas que situaron rápidamente el marcador en un 0-2 merecido que estuvo a punto de saltar al 0-3 (antesala de partido decidido), si no le hubiese fallado a Coutinho la precisión, el ánimo perdido o la suerte en un remate a placer. Luego empezó a aflorar uno de los verdaderos problemas de fondo de este año: la baja forma y el poco acierto de Busquets, con el agravante de que en vez de estar cubierto/ayudado por Piqué compartía esa noche la zona de juego con un Umtiti desconcertado, fuera de forma y aún no recuperado de su lesión, especialmente en el aspecto mental. La inseguridad total de Umtiti hizo naufragar al este año estupendo Lenglet, con lo que toda la tramoya defensiva barcelonista se hundió espectacularmente.

Cuando empezaron a llegar en oleadas las dos veloces flechas morenas del submarino amarillo, unos futbolistas muy bien dotados para el contraataque letal, mataron al Barça. El dato con toda seguridad debió de quedar anotado por Valverde en su dietario con la explicación añadida de que los otros hombres que tendrían que haber tapado el inmenso agujero negro del centro del campo -me refiero al peor Arthur de este año y a Coutinho- se disparaban, respecto a esa tarea, continuos tiros en los pies. La agenda de Valverde debe de llevar también desde Villarreal una cruz en una nota que ya debió escribir en la mala tarde del Camp Nou ante el Betis: Sergi Roberto no es un buen lateral defensivo cuando el equipo rival juega con alta velocidad. Pero junto a tanta cruz también acabó apareciendo la cara. Los goles de Messi y Suárez, siendo buenísimos, valen menos que la reafirmación de la voluntad de Messi de ir a por todas con su altísima calidad cada vez que sea necesario, y la progresiva recuperación de la fineza de ese luchador aparentemente siempre tosco que se apellida Suárez.

Un 'entrenador con niño'

El barcelonismo debería estar optimista cara a la cita contra Simeone porque, habiendo salvado un punto, todo lo de Villarreal son lecciones aprovechables. Y lo que no es de Villarreal son noticias regocijantes. Que en el Madrid, en el que ya manda menos Florentino, el señor Zidane se atreva a quitarse la careta y se muestre como un 'entrenador con niño' promete mucha tardes de gloria a quienes no somos de su secta. Y revive nuestra moral cuando los periodistas del imperial-madridismo se emborrachan mentalmente cada noche peleándose al pronosticar las listas de las bajas y de los fichajes, así como sobre la relación de los hombres que Zidane debería amnistiar.

Recuerdan a lo que sucedía en aquella película titulada 'Holocausto caníbal' porque devoran de todo. Mezclan atropelladamente ideas y deseos personales, obediencias y consignas, ignorancias y muchos despechos antibarcelonistas... Desean que siga jugando Vinicius pero proponen puñados de fichajes que, si llegan, lo pudrirán en el banquillo. Ya no apuestan a favor de que Asensio será Balón de Oro pues no lo incluyen en ningún posible equipo titular del año que viene. Disimulan sobre el decadente Ramos, confían en un dinero infinito de Florentino cuando ya está suficientemente demostrado que este Ser Superior sabe de figuras individuales pero no de su idoneidad para estilos asociativos de juego. Y son tan ingenuos que no barajan la posibilidad de que, al final, Floren tenga un sobrino majo en el Valdepeñas con el que quiera imponer autoridad. Puestos a defender a la familia, él, como presidente del Madrid, tiene más derechos que su empleado entrenador.