Peccata minuta

Cerrar TV-3

No estoy de acuerdo con Vox, PP y Ciudadanos: la televisión pública catalana hay que abrirla y democratizarla

Duran Lleida con Cristina Puig, durante la entrevista en 'FAQS'.

Duran Lleida con Cristina Puig, durante la entrevista en 'FAQS'. / periodico

Joan Ollé

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Vox, PP y Ciudadanos lo tienen claro: hay que chapar TV3. Incluso Duran Lleida, preguntado por la presentadora de 'Preguntes Freqüents' sobre qué programas de la televisión pública catalana no eran de su agrado, respondió con toda franqueza: «El tuyo, por ejemplo». Yo aún no estoy a favor de cerrarla, porque dan los partidos del Barça en la Copa y 'Quatre Gats', que dirige y presenta mi amigo Ricard Ustrell.

Con TV-3 me ocurre lo mismo que a algunos con el juicio al 'procés': no la miro, la vigilo, y esto me exige una cierta dedicación. Si quieren hacer la prueba del algodón sobre lo sectario que puede llegar a ser un medio público solo hace falta conectarla un par de minutos después de que el juez Marchena haya sentenciado: «Abandonen la sala». Sin apenas tiempo para mear se encontrarán con Helena García Melero y sus adictos colaboradores/as dispuestos/as a explicarles, casi por unanimidad, en qué clave hay que interpretar lo recién acaecido en el Supremo.

Hace algunas semanas se convocó en el plató -lo apunté con lápiz y papel porque no me lo creía- a Bernat Dedéu, Albano Dante Fachín, Iu Forn, Empar Moliner, Elsa Artadi y la ínclita Pilar Rahola, que no descansa, 'pobreta', ni los fines de semana. Eché en falta a Lluís Llach, a Santiago Vidal, a Jaume Alonso Cuevillas, a  Toni Albà, a Bea Talegón y al abad de Montserrat.  Al instante de terminar ella, sin pausa, para que no decayera la dosis, Toni Soler recogió el testigo con su 'Està passant', jijijí de barrer descaradamente para casa,  a la espera de que un par de horas más tarde empezase su también 'Polònia', donde Soler hace humor sobre aquello que al día siguiente, como Tuitero Mayor del Reino (consulten 'El Nacional.cat') condenará como oprobio nacional. Después de la pausa para la cena me pasé al 3/24,  donde el titubeante Xavier Graset masajeaba a Elisenda Paluzie y a Joan Tardà.

Pero estoy de acuerdo con Duran Lleida: nada como el norcoreano 'Preguntes Freqüents', insólito programa en el que presentadora, colaboradores, periodistas invitados, personajes entrevistados, público presente que ovaciona incondicionalmente los crecendos de Rahola y tuits hiperventilados sobreimpresos en la pantalla conforman una tribu que están de acuerdo en absolutamente todo, incluso en invitar de vez en cuando  a algún periodista disonante o enemigo de la patria para que una señora del público -como le ocurrió a Jordi Cañas- le grite «hijo de puta» en vivo y en directo sin ser inmediatamente impelida a abandonar el plató.

También estoy muy de acuerdo con el travieso 'president' Torra cuando exige en su tercera y resignada pancarta 'Llibertat d’opinió i d’expressió'. No hay que cerrar TV-3;  hay que abrirla, educarla, democratizarla.