TÚ Y YO SOMOS TRES

Duran descubre que TV-3 no es fiable

Ferran Monegal

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Parece que las memorias políticas de Duran Lleida (El riesgo de la verdad) están concitando gran atención en la tele. Le han entrevistado en todas partes. El encuentro más interesante y puntiagudo, el que ha protagonizado en FAQS (TV-3), la cadena que mientras duró el tándem CiU él se paseaba por allí como si estuviera en su casa. Vamos, como una prolongación de su suite del Palace  ¡Ah! Ahora que Duran ha descubierto que es la tele del procés, se ha esmerado dando caña. De Puigdemont dijo: «Es un cupero. A Mas también le dedicó palabras delicadas: «Llegó tarde a la política, y sin interés por la política. Le falta consistencia y, además, está mal asesorado. Entregó el país a la CUP y a Puigdemont». Sobre la maniobra de poner a los presos encabezando candidaturas: «Eso es para que suba el suflé del sentimentalismo. De eso se aprovecha el independentismo». Y de pronto la entrevistadora le preguntó: «En su libro dice que TV-3 trabaja para ganar complicidades a favor de la independencia. ¿En qué se basa?»«Pues en este mismo programa, por ejemplo», le soltó. Y añadió: «No nos engañemos. No hagamos trampas. En los últimos tiempos TV-3 está jugando, descaradísimamente, la carta independentista». Hombre, celebro que finalmente lo haya notado.

Fue interesante el lugar elegido para conversar. Duran, que es sabio, tiene muchas tablas, y sabe cómo se las gastan en los actuales templos de TV-3, evitó personarse en el plató de El Palmar de Troya FAQS. Eligió otro lugar: la Sala Josep Maria Sert del Congreso de los Diputados de la capital de España. ¡Ah! Es un lugar meditable. Están allí, trasladados, los murales que Sert hizo, en 1920,  para decorar el palacio del Marqués de Salamanca. Son paisajes de ciudades españolas. Cuenca, Ávila, Toledo, Burgos, Sevilla Zaragoza, Madrid... Ni una catalana. No sabemos por qué Duran eligió sentarse junto al mural de Salamanca. Quién sabe, quizá el recuerdo de la batalla que tuvo allí lugar, llamada de Los Arapiles, le excita el tono muscular. Mientras iba hablando, los servicios de posproducción le ponián rótulos punzantes. Por ejemplo: «Duran, el Cambó d’Alcampell». Es desmesurado. Ya quisiera él, supongo.