Análisis

El futuro de los presos

El Supremo se juega su prestigio interno e internacional con el juicio al independentismo

Salida de los presos de la cárcel de Lledoners camino de Brians

Salida de los presos de la cárcel de Lledoners camino de Brians / periodico

Joan Tapia

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Los presos han salido de Catalunya para enfrentarse al juicio que será el más relevante de la democracia española y que puede agravar las graves fracturas entre Catalunya y el resto de España. Y la división interna tanto en Catalunya como en España.

Todo es opinable, pero a mi juicio el 27-O se produjo una quiebra del Estado de derecho que no podía dejar de tener consecuencias jurídicas. Lo peor es que todo se habría podido evitar si Puigdemont -que estuvo a punto de hacerlo- hubiera convocado elecciones. Pero tampoco se debe ignorar que -pese al gran error del 27-O- el independentismo obtuvo luego el 47% de los votos y revalidó su mayoría absoluta.

Y la realidad es que una mayoría de catalanes cree que la acusación de rebelión es excesiva y que otra todavía mayor (según todas las encuestas) juzga excesiva la prisión provisional sin fianza durante más de un año. La grave acusación, la larga prisión incondicional, la relevancia de los testigos -Rajoy, Artur Mas, Soraya, Urkullu…- y las pasiones desatadas indican que nos jugamos mucho en el juicio que está a punto de empezar. Lo menos malo sería un juicio ordenado y garantista con penas finales proporcionadas (la libre absolución de todos parece imposible) que luego pudieran ser acompañadas con las medidas adecuadas para recuperar la normalidad.

¿Será posible? Mucho depende del Supremo cuya instrucción no ha sido entendida en Catalunya. Una parte la ha visto como una venganza, otra como excesivamente rigurosa y otra, la menor, como ajustada. Es mucho lo que el Supremo se juega para su prestigio dentro y fuera de España y para su respeto en la sociedad catalana. Esperemos que acierte.

Apostar por la desinflamación

Pero también mucho depende del secesionimo. No aceptar que Catalunya es España, al menos hoy por hoy, y hacer declaraciones exaltadas -como Torra a menudo- sobre que Catalunya es ya una República, no ayudará nada a los presos. Todo el mundo ha visto que los presos han estado en Catalunya a disposición del Estado y han salido cuando el Supremo lo ha decidido. Negarlo y afirmar que se está a la espera del momento oportuno para otro 27-O es disparar contra el propio pie. Y no es inteligente -al menos para los que quieren una sentencia (y postsentencia) suave- no apostar por la desinflamación. Claro que los que se equivocaron el 27-O y no escucharon a Urkullu, es lógico que -si no han aprendido la lección- digan que da igual que gobierne Pedro Sánchez Pablo Casado. El hombre es el animal que tropieza dos veces con la misma piedra.

Pero las responsabilidades van más allá. Quienes proclaman que la única solución es otro 155, pero sine día, y atizan las pasiones, deberían repensarlo con cuidado. No parece que vayan por ahí.

Exigir cautela para intentar evitar lo peor es poco. Pero quizá es lo único posible -junto con estar al loro- para la prensa responsable. Es curioso que el juicio empiece el 12 de febrero, el día antes de que se voten las enmiendas de <strong>los presupuestos</strong>. Hay quien dice que las casualidades las carga el diablo.