Al contado

Taxis, competencias e incompetencias

Hay que regular pero teniendo en cuenta que en EEUU ya ha surgido algún modelo que reta incluso a Uber

Taxis en Gran via

Taxis en Gran via / periodico

Agustí Sala

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Seguro que el ministro de FomentoJosé Luis Ábalos, era muy consciente de la jugada (o jugarreta) que perpetraba al transferir a autonomías y ayuntamientos las competenciasautonomías ayuntamientos  sobre taxis y licencias de vehículos de turismo con conductor (VTC). Pese a que tiene lógica, ya que las administraciones más próximas son las que mejor conocen las necesidades de las ciudades y territorios; no es ese el principio que rige, por ejemplo, con los aeropuertos. Con el taxi, la actuación del Gobierno central tiene algo de traspaso de 'patata caliente'. Una negociación previa entre administraciones quizás hubiera sido más lógica.

De todas formas ha habido críticas algo inauditas. Como la del 'conseller' de Territori i Sostenibilitat, Damià Calvet, que le reprochó al ministro ese traspaso, lo que resulta curioso en un político que se dice independentista. Mejor recibir soluciones que problemas, debía de pensar. Pero finalmente decidió regular, no sin antes pasar la pelota también a los ayuntamientos o el Área Metropolitana de Barcelona (AMB), como previamente había hecho el Estado con las autonomías. Menos mal que aquí acabó esa cadena de traspasos porque ¿qué hubiera sido lo siguiente, que los muncipios transfirieran competencias a las comunidades de vecinos?  

El problema radica en que dos modelos de transporte de pasajeros compiten por el mismo o similar mercado pero con reglas distintas por vaivenes regulatorios anteriores. Es una situación poco racional. Quizás lo mejor sería que los taxis estuvieran sujetos a menos trabas administrativas en vez de restringir las posibilidades de actuación de los VTC.

Es más justo ampliar los derechos que restringirlos. Lo cierto es que los VTC pueden hacer cosas parecidas a los taxis, sin las normas que afectan a estos. No parece que una regulación en caliente, precipitada por una huelga sin servicios mínimos o cierre patronal y todo tipo de presiones sea lo mejor para un marco legal que tenga en cuenta las singularidades de ambas actividades.   

En cualquier caso lo cierto es que la evolución tecnológica y empresarial no para. En EEUU, Arcade City Arcade Cityempieza a retar la hegemonía de gigantes como Uber mediante un modelo descentralizado basado en la tecnología 'blockchain' que permite que los conductores o grupos de estos traten directamente con el cliente sin la intermediación de una plataforma central. Y fue ideado por exconductores de Uber decontentos.  

No hay sector que se libre de la reconversión. El taxi, aún siendo un servicio público (por eso es una concesión y sus tarifas las fijan las administraciones ), tampoco. Con esas premisas en mente hay que abordar las nuevas reglas de juego. Y que cada uno ejerza sus competencias, pero que, sobretodo, estas no deriven en incompetencias (con todas las acepciones del término).