Peccata minuta

La ley de la gravedad

¿Servirá para ablandar el alma de los bancos -misión imposible- que la madrileña Alicia saltara por la ventana porque iba a ser desahuciada?

Una mujer de 65 años se suicida en Madrid cuando iba a ser desahuciada

Una mujer de 65 años se suicida en Madrid cuando iba a ser desahuciada / periodico

Joan Ollé

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Estamos trabajando con mis alumnos del Institut del Teatre sobre diversos textos del dramaturgo francés Lionel Spycher. La representación empezará con estas palabras: "Un día mi madre se lanzó al vacío desde la ventana de casa. No hubiésemos visto nada si la vecina no hubiese chillado. Cuando lo hizo, levantamos la mirada al cielo y vimos un cuerpo atravesando las nubes pintadas en la fachada del edificio. Cuando llegó al suelo, todos se arremolinaron para verla, pero yo no me moví porque no sabía que era mi madre. Al acercarme, me di cuenta de que tenía la boca abierta y los ojos cerrados."

El pasado lunes, Sara, una de las actrices, llegó a clase trastornada: justo el día antes, alrededor de las cinco de la tarde -las cinco en sombra de la tarde-, una vecina de su inmueble, sito en la avenida del Paral·lel, se lanzó al vacío desde el octavo piso mientras su marido se encontraba en un bar al pie del edificio. También él, como en  nuestra ficción, al acercarse curiosamente al cuerpo, descubrió que era el de su esposa. En el entresuelo de dicha finca hay una oficina de Cáritas.

Suicidio por un desahucio

El azar quiso que el mismo día y a la misma hora que Sara nos confiaba su terrible vivencia, en Madrid, una comitiva judicial y dos agentes de policía llamasen al timbre de Alicia V.M. -según sus vecinos, una elegante mujer de 65 años- para desahuciarla por impago del alquiler de su apartamento del quinto piso de un inmueble de la calle de Ramiro II, en el barrio de Chamberí. Tal vez Alicia, sin salida, se acogió a aquel refrán que reza que cuando Dios cierra una puerta, abre una ventana. Y se lanzó desde ellaY se lanzó.

El salto al vacío de Alicia ocupó los titulares de todos los grandes medios de comunicación estatales; de nuestra anónima vecina del Paral·lel -el Institut del Teatre queda a escasas manzanas del lugar fatal-, por más que he hurgado en internet, no he sabido encontrar la más mínima referencia: como si aún siguiese viva.

¿Cuál es el criterio de los medios de comunicación a la hora de magnificar determinados sucesos y dejar a  otros en el limbo del olvido? ¿Servirá la caída de Alicia para ablandar -misión imposible- el alma de los bancos? ¿No es bueno que la ciudadanía sepa -para no contagiarse- que hay mil y un motivos, todos desesperadamente humanos, para lanzarse al vacío y no volar? Newton nos enseñó que la caída de una manzana de un árbol tiene una explicación científica, pero no el desplome de un ser humano desde lo más alto de sus ramas.

PS: Pido sinceras disculpas a mis lectoras y lectores y a EL PERIÓDICO por haber faltado a la verdad en mi último artículo cuando afirmé que nadie del Govern felicitó a la cantante RosalíaRosalía por sus recientes premios Grammy. La señora Laura Borràs sí lo hizo,  enviándole, a título personal, un simpático tuit.