Decisiones valientes

En estas mismas páginas escribí antes del verano una columna sobre la decisión valiente y decente del Ejecutivo de Pedro Sánchez de permitir la llegada a un puerto español del barco 'Aquarius' 'Aquarius' con 600 inmigrantes a bordo en serio peligro. Durante varios días Médicos sin Fronteras pidió ayuda y solo recibió silencio. Hasta que España se puso en pie. Otros países europeos se habían puesto de perfil. Italia había ido más allá incluso atacando verbalmente a quienes huyen del horror y mostrando el camino a la ultraderecha de otros lugares. Aquel día algunos pensamos que España debía ser un país refugio y marcar la diferencia. El Gobierno lo hizo. Por eso resulta especialmente decepcionante lo ocurrido esta semana.

Vuelta al punto cero del horror

Solo cinco meses después, el mismo Gobierno ha mirado para otro lado cuando el pesquero 'Nuestra Madre de Loreto' pedía ayuda'Nuestra Madre de Loreto' en aguas libias porque había rescatado a 12 personas que necesitaban atención. En esta ocasión la decencia se ha esfumado. El Ejecutivo ha preferido hacer lo que otros, cerrar nuestros puertos y además pedirle al pesquero que devuelva a los 12 refugiados a Libia, al punto cero del horror, bajo la excusa de "el puerto más cercano". De nada ha servido la insistencia de las autoridades valencianas que han organizado un plan de acogida a la espera del permiso del Gobierno central. No ha llegado.

Y ha tenido que ser, de nuevo, la organización Proactiva Open Arms quien acuda a realizar el rescateProactiva Open Arms. La tripulación del pesquero español se negó a abandonar a su suerte a los migrantes. Les han cuidado. Han repartido la comida que les quedaba y la ropa con todos ellos. Y les han traquilizado prometiéndoles que no les devolverían. Pascual Durá, el capitán, recordaba el otro día en Onda Cero que el deber de rescate aplica a cualquier embarcación al margen de razas o nacionalidades. Contaba también que en su familia hay tradición ya en esto de los rescates porque su propio padre realizó algunos en el pasado en esa zona.

Es un ejercicio necesario y doloroso confrontar el papel de la tripulación del 'Nuestra Madre de Loreto' y de Proactiva Open Arms frente al del Gobierno español y las autoridades europeas. Unos dando la cara y otros escondiéndose. Como suele decir Òscar Camps: o se salva una vida o se calla una muerte.

Mientras escribo, Camps me dice que van a pedir autorización para llevar a puerto seguro a esas 12 personas. Veremos qué hace el Ejecutivo español. Si acepta o da la razón a quienes criticaron la decisión de acoger el 'Aquarius' porque era postureo, pero sobre todo porque vendrían más barcos con más seres humanos esperando lo mismo. Nadie dijo que fuera facil. Ni que España deba asumirlo en soledad. Pero tampoco debería ser imposible pedir coherencia a quienes nos gobiernan.