El conflicto catalán

Perder la razón: la Constitución bajo fuego amigo

Si la Carta Magna tuviera voz exclamaría aquello de: ¡Señor, guárdame de mis amigos, que de mis enemigos ya me guardo yo!

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Eduard Roig Molés

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Decían los griegos que los dioses ciegan a quienes quieren perder. La tradición clásica de la 'hybris', traducible quizá por desmesura, ha dado lugar a algunos de los más hermosos mitos clásicos, donde los héroes, llevados por la ciega euforia de su poder, se precipitan a su perdición en una sucesión de actos temerarios que, invariablemente, culmina en el desastre.

30-9-2017: Las fuerzas independentistas han convocado un referéndum de independencia mediante la aprobación, en absoluta soledad y en un escandaloso debate parlamentario, de una ley que confiere a dicho referéndum, al margen de la participación en el mismo, efectos materialmente vinculantes. El referéndum del día 1 de octubre, tras las decisiones judiciales y las actuaciones policiales de las semanas anteriores, carece de censo y garantías, aspira como mucho a mantener el apoyo popular del ya celebrado el 9-N del 2014 limitado a un tercio del censo, carece de cualquier apoyo internacional y, sobre todo, plantea de inmediato el vértigo de la posterior actuación independentista, sin hoja de ruta común, en división y sin alternativas. El Gobierno consideró este escenario 'mejorable' y decidió intervenir policialmente la mañana del 1 de octubre con las consecuencias conocidas en materia de escenificación mediática, represión internacional y refuerzo de las imputaciones de represión antidemocrática.

30-10-2017: La proclamación de independencia adoptada el día 27 no ha llevado ni tan solo a arriar la bandera española del Palau de la Generalitat. Por el contrario, la activación del artículo 155 de la Constitución ese mismo día ha permitido convocar elecciones inmediatas, en un contexto de decepción, frustración, división y desorientación independentista. Nadie se resiste a la efectiva sustitución del Govern y las previsiones del 155 se cumplen sin excepción. Todo apunta a una reconducción del independentismo hacia la demanda política en el marco constitucional. El Fiscal General del Estado decide en ese contexto 'elevar la apuesta' y, para sorpresa jurídica general, presentar una querella por rebelión contra los líderes independentistas.

El fundamento de las actuaciones judiciales

Tras diversas vicisitudes procesales, el Tribunal Supremo asume la instrucción y confirma las actuaciones por ese delito, repartiendo con criterios harto discutibles libertades y prisiones provisionales. La desorientación y división independentista se torna unión y defensa frente a la prisión. El debate sobre el sentido de la actuación independentista se transforma en omnipresente discusión del fundamento de las actuaciones judiciales. La algo ridícula fuga al exilio deviene defensa frente a hasta 30 años de prisión; y el presidente incapaz se convierte en símbolo. Las elecciones del 21-D y el éxito de la lista de Puigdemont son la consecuencia.

Las actuaciones
del Tribunal Supremo han reforzado las posiciones más radicales de los independentistas

23-3-2018: El candidato independentista a presidente de la Generalitat ha realizado un discurso de absoluto respeto al marco constitucional, que sin embargo le deja sin investidura por la negativa de la CUP y la resistencia a renunciar a su escaño de sus dos líderes 'exiliados'. El independentismo se debate entre la vuelta a la legalidad, las nuevas elecciones y la construcción de alianzas alternativas. En ese contexto, el Tribunal Supremo, deseoso de contribuir a la mejora de la salud constitucional, decide cerrar de inmediato la instrucción en curso, comunicar el procesamiento por rebelión a los reos, dictar prisión provisional para el candidato a presidente entre las dos votaciones de su investidura y reactivar la euroorden sobre el presidente fugado. El resultado: refuerzo de las posiciones más radicales del independentismo, cierre de salidas personales para los independentistas moderados y, finalmente, deslegitimación internacional de las actuaciones judiciales españolas. La enésima resurrección independentista.

Si estas actuaciones se deben a la clásica 'hybris', a las menos nobles soberbia e incompetencia o a causas más justificables es irrelevante para su resultado. No solo sus protagonistas parecen haber perdido la razón sino que cada una de ellas nos hace perder algunas razones a quienes seguimos creyendo en el modelo constitucional español y su defensa. Si la Constitución tuviera voz y no fuera aconfesional, exclamaría aquello de ¡Señor, guárdame de mis amigos, que de mis enemigos ya me guardo yo!

PS: Un relato similar podría escribirse para las actuaciones independentistas, cuyos fines y razones no comparto y cuya narración dejo para quien, desde el independentismo, deba lamentar su propia sinrazón.