Pequeño observatorio

La fuerza inesperada del amarillo

Los colores que se usan habitualmente se identifican con nuestras vidas y nuestro vestuario

Silla vacía con un lazo amarillo en un mitin de ERC.

Silla vacía con un lazo amarillo en un mitin de ERC. / periodico

JOSEP MARIA ESPINÀS

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Yo soy lector de periódicos. Pienso que es un hábito heredado de mi padre, que estaba suscrito, desde que se casó, a un diario catalán y otro en castellano. Esto ocurría, al menos, cuando yo nací, y quién sabe si la lectura de periódicos es un virus que se contagia.

Los diarios más leídos de hoy tienen muchas páginas. Económicamente hablando no son, me parece, un buen negocio. Pero dejemos de lado esta cuestión. El hecho es que mirando unas páginas deportivas me ha saltado a los ojos una fotografía. Al fondo se veía, desdibujada, la imagen de muchos espectadores, y en primer término dos futbolistas en plena acción que querían escaparse de unos rivales que los perseguían.

Una escena habitual en el fútbol. Pero lo que me llamó la atención era el color de sus camisetas: un amarillo intenso.

El mismo amarillo que había visto que vestían miles de ciudadanos de toda Catalunya que reclamaban la independencia política. En el campo de fútbol solo eran unos cuantos, los amarillos, mientras que en el gran estadio de la sociedad civil eran muchos miles y miles. Y no empujaban una pelota colectiva.

Para mí es una sorpresa la demostración de fuerza del amarillo. Porque, en general, los colores más habitualmente usados se identifican con nuestras vidas y nuestro vestuario; son hijos del azul, del verde, del gris, del negro con sus matices.

El amarillo de las manifestaciones tiene una intensidad inesperada cuando no es un detalle sino que se manifiesta como una masa. El amarillo vivo y de buena solidez ha sido muy utilizado en la pintura artística. Pero no parece que el amarillo que ha inundado las calles deba desteñirse.

Miremos los amarillos que llenan las calles. Veremos que no son los amarillos de los payasos. Son los amarillos de unas plantas que un día fueron verdes. El amarillo, finalmente, ha conseguido ser un color protagonista.