Dos miradas

Somos muchos millones de pañuelos

La Tierra ha puesto su revolución en marcha con el fenómeno del calentamiento global

Imagen cedida por Greenpeace de un montaje de como se vería afectada la ciudad de Benidorm por la subida del nivel del mar en 2100

Imagen cedida por Greenpeace de un montaje de como se vería afectada la ciudad de Benidorm por la subida del nivel del mar en 2100 / periodico

JOSEP MARIA ESPINÀS

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Estaba leyendo agradablemente este diario. Como siempre, después del desayuno. Era un tiempo que quería que fuera tranquilo, el tiempo de encender la primera pipa, de sentirme incorporado, una vez más, al mecanismo de la vida. Me acompañaba, sin molestarme, el ruido continuo pero vago que me llegaba de la calle. Sabía que me esperaba trabajo pero aún no me telefoneaba nadie. De hecho, las personas con las que tengo contacto ya saben que soy noctámbulo, que estoy disponible a horas tardías pero no a horas tempranas.

He dicho que estaba leyendo agradablemente el diario –empezando como siempre por la primera página– cuando enseguida me he encontrado con este gran titular que me avisaba: 'Tiempo explosivo en el 2017'. ¡El 2017 es este año!    Resulta que el calentamiento global intensificará las sequías, ciclones e inundaciones. O sea que el año en que intento celebrar los 90 será francamente lamentable. Aseguro a los lectores que yo no tengo ninguna culpa, que la modesta calor que puede encontrarse en el fondo de mi pipa no va más allá de sus pequeñas paredes.

De todas formas parece que el calentamiento de la Tierra es un hecho indiscutible y grave. Soy un ignorante de cómo se producen estos fenómenos pero los expertos tienen pruebas de un cambio realmente peligroso. La desaparición de playas, con el mar invadiendo tierra adentro, es solo una muestra de la previsible catástrofe. 

La Tierra ha puesto en marcha una revolución. Si me veo capaz quizá mañana diga algo de la humana, pero la evolución de nuestro planeta es natural que también exista. Ocurre que para que sea reconocida hay que tener mucha paciencia, paciencia de miles, diría que de millones de años. O como hacen los científicos, deducir el futuro gracias a unos indicios significativos. «El mundo es un pañuelo», según el dicho castellano. Más exactamente, somos millones de pañuelos que se esconden en millones de cajas difíciles de abrir.