Análisis

Crisis, nuevos hábitos y otras formas de consumo

Hoy los consumidores dedican más tiempo a buscar la mejor relación calidad / precio y prefieren los centros comerciales cercanos

FRANCESC POVEDANO

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Cuando estalló la crisis, las necesidades de ahorro agudizaron el ingenio de una elevada parte de la sociedad y dieron lugar a una nueva forma de comprar productos de primera necesidad, por una parte, y productos no elementales por otra. En paralelo, la tecnología ha permitido el desarrollo de nuevos modelos de consumo y el comercio electrónico. El sector de la distribución no queda excluido de esos cambios.

Las ciudades avanzadas cada vez se adaptan más a los nuevos formatos de venta, que son los que integran modernidad, cercanía y comodidad. Modernidad con nuevos artículos y formatos que permitirán tener de forma prácticamente inmediata una oferta diversificada y adaptada a las nuevas necesidades y a los nuevos gustos. Proximidad con establecimientos innovadores, atractivos y adaptados a las exigencias de los consumidores, con productos cada vez más especializados. Y comodidad con la progresiva aceptación de las tecnologías por parte de los consumidores y la mayor concienciación de las grandes cadenas de distribución.

Las familias que sufren directamente en sus ingresos el impacto de la crisis han disminuido el consumo global, con la excepción del ámbito de la alimentación. Eso significa que optan por destinar más tiempo a encontrar los establecimientos que ofrecen una mejor relación entre precio y calidad, comprando productos y marcas que más se ajustan a ese binomio.

Un modelo que llega a su fin

Aunque en los países emergentes continúan teniendo atractivo entre los consumidores porque estos los asocian a un cierto glamur internacional, lo cierto es que la vida de los grandes espacios de tiendas de las afueras de las ciudades está llegando a su fin de forma mucho más genérica. Los compradores hacen sus compras de una manera diferente, y eso está modificando los formatos de los centros comerciales. Las cadenas responsables lo han entendido y están empezando a dotar a los establecimientos de otro tipo de experiencias. Quieren que dejen de ser solo tiendas y lugares de consumo para convertirse en espacios colectivos y que transmitan la sensación de comunidad.

Los consumidores prefieren ahora centros comerciales más pequeños y que sean mucho más cercanos de lo que lo eran en el pasado. Este interés por posiciones geográficas más céntricas hace incluso que prefieran las calles centrales de tiendas en lugar de los centros comerciales.

Y por último, hay otro elemento muy importante en el comportamiento de los consumidores: las pautas alimentarias (dieta y estilo de vida), elementos clave para evitar excesos de peso y prevenir enfermedades crónicas.

Estos son algunos de los principales elementos que favorecen los cambios estructurales de los nuevos hábitos de compra que se han instalado en nuestra sociedad. Sin lugar a dudas, unos hábitos que evolucionarán cada vez más con la aparición de nuevos elementos de compra y de nuevos productos.