OPINIÓN

Un Camp Nou llamado Johan Cruyff

Sería justo que el nuevo templo azulgrana fuese bautizado como el hombre que nos hizo sentir como Dios

Cruyff saluda al Camp Nou durante su partido de homenaje contra el Ajax, el 27 de mayo de 1978

Cruyff saluda al Camp Nou durante su partido de homenaje contra el Ajax, el 27 de mayo de 1978 / periodico

ELOY CARRASCO / BARCELONA

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Una de las reflexiones maravillosas que deja ese número 14 inolvidable decía que jugar al fútbol es muy fácil, pero alcanzar esa simplicidad es lo más difícil que hay. Todos subíamos una ceja, analizábamos la perogrullada y al final concluíamos que era imposible concentrar tanta sabiduría sobre este deporte en tan pocas palabras. A varias generaciones de barcelonistas y de amantes del fútbol nos duele el corazón hoy porque ha muerto un dios, un mesías, un tipo que nos hizo la vida más feliz, más divertida, más apasionante.

Corre ya un clamor por ahí: no va a haber mejor manera de recordar su existencia y todo lo que dio al Barça Johan Cruyff que poner su nombre al nuevo estadio. Parece una decisión muy sencilla, así que, siguiendo la inmortal lógica cruyffana, tal vez resulte difícil de conseguir. Pero si estamos de acuerdo en que el Camp Nou es un templo, es justo que lo llamen como el practicante más sagrado que en él ha habitado, y que cada partido sea un homenaje al hombre que nos hizo sentir como Dios.