Max Cahner, el intelectual de la reconstrucción cultural catalana

SAÜL GORDILLO

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Conocí a Max Cahner por su vinculación con Joan Coromines, que residió en Pineda de Mar, población del Maresme que eligió para poder acabar su monumental diccionario. Cahner vivía en Sant Vicenç de Montalt, en la misma comarca, y ya por entonces había dejado de ser el personaje público de sus años como 'conseller' y puntal del pujolismo en la trinchera cultural en la Generalitat restaurada.

La contribución de Cahner a la cultura catalana, a su pervivencia a pesar de la persecución de la dictadura franquista, es prácticamente inigualable. Fue redactor jefe de la revista 'Serra d'Or' (1959), fundó Edicions 62 (1961), lanzó la Gran Enciclopèdia Catalana (1968), fundó Curial Edicions Catalanes (1972) y presidió la Universitat Catalana d'Estiu. Ayudó como nadie a Joan Coromines, y no paró de financiar proyectos editoriales, culturales y de activismo catalanista allá donde nadie, absolutamente nadie, metía un duro.

Con su marcha se acaba un tipo de político. Ya no quedan hombres que, tras jugársela durante la dictadura --le expulsaron del Estado español del 26 de agosto del 1964 al 18 de enero del 1965 por sus actividades catalanistas--, dediquen su talento, energías y patrimonio a la cultura de su país. Cahner fue 'conseller' de Cultura de Jordi Pujol y articuló lo que ahora está tan de moda y se llama 'estructures d'Estat', como el Teatre Nacional L'Auditori. Trabajó en la institución tras haber dedicado décadas en clandestinidad, y luego volvió a hacerlo en democracia con todo tipo de causa, sobre todo las perdidas. 

Este lunes se va un buen hombre, que vertebró una idea de cultura nacional para una Catalunya que durante muchos años estuvo en manos de gobiernos poco sensibles a la materia. Él, y pocos más, fueron la excepción. Pujol, que lo visitó hace tres días, ha dicho de Cahner que era 'noucentista', y que su legado enlaza con la construcción de país de la Mancomunitat. En materia cultural, efectivamente, Max ha sido un Prat de la Riba en toda regla. El intelectual de la reconstrucción cultural catalana.